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¡Alégrate! Porque Dios va a hacer grandes cosas

(Martes 31-03-2020)
Pastor Javier Bertucci

Joel 1:8-12, 16-20: “Llora tú, como joven vestida de ropas ásperas por el marido de su juventud. Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo. El campo está asolado y se enlutó la tierra, porque el trigo fue destruido, el mosto está pasado y se perdió el aceite. Confundíos, labradores; gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo. La vid está seca y pereció la higuera; también el granado, la palmera y el manzano: Todos los árboles del campo se secaron. Y así se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. ¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios? El grano se pudrió debajo de los terrones; los graneros fueron asolados y los silos destruidos porque se había secado el trigo. ¡Cómo gemían las bestias! ¡Cuán turbados andaban los hatos de los bueyes, porque no tenían pastos! Y fueron también asolados los rebaños de las ovejas. A ti, Jehová, clamaré; porque el fuego consumió los pastos del desierto, la llama abrasó los árboles del campo. Las bestias del campo bramarán también a ti, pues se secaron los arroyos de las aguas, y el fuego consumió las praderas del desierto.”

En medio de un momento difícil podemos caer en frustración, desesperación, miedo o en terror, pero la Palabra de Dios nos enseña qué debemos hacer al atravesar por estos momentos, nos dice: “Hay que clamar a Dios, buscar su rostro, y estar seguros de que Él hará algo en medio de la crisis”.

Joel 2: 20-21: “Haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta: su faz hacia el mar oriental, y su final hacia al mar occidental. Exhalará su hedor y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas. »Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.”

Cuando el pueblo de Dios empieza a orar recibe respuesta. La acción de orar y de creer trae esperanza, y como consecuencia paz, confianza, y al final, un sentimiento de plenitud que nos llena de alegría. Cómo sentir alegría en medio de una situación difícil, pues, si oramos y pedimos a Dios, y no esperamos de Él algo grande, entonces tal vez estemos perdiendo el tiempo, cuando oramos tenemos que creer que lo que estamos pidiendo lo vamos a ver pronto. Lo que hoy estamos atravesando va a pasar, solo nos está preparando para saber enfrentar cualquier circunstancia que podamos atravesar en el futuro. Una vez que termine el proceso no seremos los mismos, tendremos más fe, más esperanza, más estructura interna y más fuerza espiritual para enfrentar cualquier circunstancia.

Joel 2:21-22: “Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. Animales del campo, no temáis, porque los pastos del desierto reverdecerán y los árboles llevarán su fruto; la higuera y la vid darán sus frutos.”

Alegrémonos, porque lo que viene de camino es grande y es bueno, y es tan bueno, que Dios nos envía una orden de alegrarnos en medio de las circunstancias, porque vienen días mejores y días de gloria. ¡Que nadie este triste, porque este no es el fin! Cuando Dios nos pide que nos alegremos, es porque lo que Él promete lo va a cumplir y es bueno. Alegrémonos, porque Dios nos va a sanar, y a nuestros hijos los salvará. Donde hay fe, no hay miedo, y cuando hay fe podemos transmitir esperanza. Debemos salir del cuadro de miedo y de desesperación, esperemos lo mejor en nuestra vida. Dios nos manda a alegrarnos para que tengamos un desenlace victorioso en medio de la crisis.

Josué 1:2-5: “Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, tal como lo dije a Moisés, todos los lugares que pisen las plantas de vuestros pies. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el Mar Grande donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida: como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.”

Después de algo malo, viene algo bueno. Cuando nos alegramos, la tristeza se tiene que ir de nuestras vidas. Levantémonos, y seamos los líderes para que en nuestra familia haya fe y esperanza. Dios es capaz de hacer cosas grandes, pero nosotros debemos sacudirnos la actitud de fatalismo, creer la Palabra, y tener esperanza para que Dios pueda hacer algo, porque es muy importante aparte del orar, nuestra actitud en medio del momento adverso. Dios va a hacer algo bueno, y lo que dijo con su boca, lo hará con sus manos. Al salir de orar debemos tener un sabor de victoria, que nos haga creer que viene lo mejor, porque seremos provistos del Cielo.

Romanos 8:28: “Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

Dios no enferma a nadie, Él es sanador, envío a su Hijo a morir en la cruz por nosotros. Lo que sí va a hacer Dios, es que esas cosas malas que Él no envió, pero que sí tiene el poder para que cooperen para nuestro bienestar y bendición, que ellas nos ayuden para que finalmente podamos cumplir su propósito para nuestras vidas. Dios tiene un plan y lo va a cumplir, porque lo malo lo va a transformar en cosas buenas, en poderosas circunstancias. Lo que hoy atravesamos nos estructura como hijos de Dios. ¡Alégrate, porque Dios va a hacer grandes cosas!, nuestra expectativa para el futuro es de victoria. ¡Oremos desde la seguridad de que Dios va a hacer grandes cosas!