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Dar gracias

(Martes 08-04-2020)
Pastor Javier Bertucci

Es muy importante dar gracias cuando oramos, pero también cuando terminamos ese tiempo de oración. Quien se queja constantemente se hunde en un sentimiento negativo, pero cuando damos gracias, y además, hacemos acciones correspondientes a esa gratitud, creamos un estilo de vida más agradable. Quejarse o dar gracias es una decisión que cada uno de nosotros tomamos.

La queja no produce cambios, sino que nos estanca y mantiene atados a la misma situación. La queja hizo que el pueblo de Israel se mantuviera en el desierto en vez de cuarenta días, cuarenta años (Deuteronomio 1: 2-3). Asimismo, la personas que viven quejándose no producen cambios ni para ellos ni para los suyos, sino que generan que una circunstancia que debería durar seis meses se prolongue por algunos años, pero las personas agradecidas saldrán mucho más rápido de las adversidades, y no es que no le van a venir circunstancias adversas, solamente que saldrán de esos momentos de forma más rápida.

Éxodo 16:35: “Así comieron los hijos de Israel maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.”

La queja nos va a mantener en el problema, con ella no traemos la vida y la solución de Dios a ese problema.

Colosenses 4:2: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.”

La oración debe ser hecha desde un profundo agradecimiento. Pablo escribe que el asunto del orar debe tener una constante, y esa constante es dar gracias, porque cuando lo hacemos empezamos a enumerar las cosas buenas que Dios ha hecho para nosotros. David le pidió a su alma que adorara y que no olvidara ninguno de los beneficios que había recibido de Dios (Salmo 103:1-2). Cuántas cosas buenas Dios ha hecho, cuántos milagros hemos recibido de Él, seguramente muchos, por ello no dejemos de agradecer a Dios. Agradezcamos a Dios por las cosas grandes y pequeñas que ha hecho por nosotros, por nuestra familia y por nuestros hijos, y hasta por la situación que estamos atravesando, porque seguramente dentro de ella hay motivos por los cuales agradecer.

1 Timoteo 2:1: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres.”

Hay que dar gracias, y no es fácil, porque el ser humano tiende a resaltar lo malo, pero resaltando lo bueno vamos a lograr más avances que resaltando solo lo malo. La acción de gracias es una acción que le da luz y brillo a quien lo hace, porque la gente agradecida son personas que caen bien y es agradable estar con ellas; en cambio, una persona que se queja constantemente casi nadie quiere estar con ellos, porque son negativos y fatalistas. Aunque pasen cosas malas en nuestras vidas, en primer lugar siempre debe estar el agradecimiento a Dios, el cual nos llenará de alegría y satisfacción.

Filipenses 4:6: “Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”

En vez de estar afanados y desesperados, debemos dar gracias. Quien es agradecido no anda en afán ni en desesperación, está seguro de que su milagro está cerca, porque sabe que si Dios lo hizo una vez, lo volverá a hacer. Cuando somos agradecidos desaparecemos el afán de nuestras vidas.

2 Corintios 2:14: “Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.”

Dar gracias nos lleva hacia el triunfo que nos da Jesús. No existe una vía hacia el triunfo que no sea dando gracias. La persona que se queja no andará por la autopista que le lleva al triunfo. La base de la victoria es dar gracias a Aquel que nos lo da todo. Debemos vivir agradecidos de nuestro Dios por haber entregado a su único hijo, a Jesús por haber venido a la tierra a morir por nosotros, y al Espíritu Santo por acompañarnos día a día. Si nos mantenemos en un espíritu agradecido venceremos cualquier tipo de situación. Debemos estar agradecidos con Dios por todo lo que ha dado por nosotros. Mientras más damos gracias, más rápido salimos a la victoria y al triunfo.

Dar gracias es la forma más eficiente de mantener el mejor ánimo. Jonás fue tragado por un pez (Jonás 1:17), y dentro del pez (recordemos que Jonás fue un quejoso) en algún momento entendió que quejándose no iba a salir del vientre del pez, y después que él comienza a alabar a Dios y agradecer, dijo: “Pagaré lo que prometí” (Jonás 2:9), entendió que mejor es hacer lo bueno, lo que generó que el pez vomitara a Jonás en tierra. Lo único que pudo sacar a Jonás del hueco en el que estaba metido fue adorar y dar gracias a Dios, y no es diferente para nosotros. Lo mismo le aconteció a Pablo y Silas quienes estando encarcelados empezaron a adorar y fueron liberados por su alabanza (Hechos 16: 25-26). Mantengamos la mejor actitud en la vida y demos siempre gracias. Mientras damos gracias, Dios actúa a nuestro favor.