Voluntad, más fuerte que ayer

(Viernes 06-12-2019)
Líder Frangel Arias

La voluntad de Dios es buena, es agradable y es perfecta (Romanos 125:2); y dice la Biblia que el mundo y sus deseos pasan, pero quien hace la voluntad de Dios permanece para siempre, (1 Juan 2:17). Pero, para hacer la voluntad de Dios hay que pagar un precio, y ese precio es negarnos a nosotros mismos, es decir, dejar a un lado lo que queremos hacer, para de esta manera hacer lo que Dios desea.

Si las personas en el mundo decidieran hacer la voluntad del Padre antes que la de ellos, no hubiera hambre, guerras ni tristeza. Jesús tenía su propia voluntad, Él estuvo en un cuerpo de carne similar al nuestro y padeciendo cosas parecidas a las nuestras, y por eso en el Getsemaní oró: “Si es necesario pasa de mi esta copa, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”, (Lucas 22:42), y gracias a que Jesús hizo la voluntad del Padre, y no la de Él, hoy estamos aquí y tenemos vida en abundancia y salvación. La voluntad de Dios era que su Hijo muriera en una cruz, pero aun así, Jesús estuvo dispuesto a obedecer, y se debe a que sabía que la voluntad del Padre era mejor que la suya, porque Dios siempre tiene pensamientos de bien y no de mal para nosotros (Jeremías 29:11). ¡Fuimos creados para hacer la voluntad de Dios!
La voluntad más fuerte que puede tener un hombre en este mundo no consiste en cumplir sus propios sueños y deseos, sino rendir sus talentos ante Dios y decir: “te los entrego, has tu voluntad”. Las cosas son distintas cuando disponemos nuestro corazón para hacer lo que el Padre desea. No tendremos una voluntad más fuerte si seguimos haciendo lo que queremos, o lo que dicen los demás, en vez de estar pendiente de lo que Dios está diciendo. El Reino de Dios se está acercando a Venezuela, y Dios quiere contar con nosotros, quiere que seamos líderes inminentes con influencia, justos y correctos, que antes de hacer su voluntad le digan a Dios qué Él desea que hagan. ¡Rindamos nuestra voluntad a la de Jesús, porque Él nos quiere usar!