Dios sigue siendo Dios

Muchas veces cuando nos va mal pensamos que Dios deja de ser Dios, pero los hechos que nos ocurren no determinan su grandeza. La maldad que existe en el mundo es consecuencia de que la humanidad le ha dado la espalda a Dios, no es porque Dios no sea Dios o porque no quiera ayudar al ser humano. Cuando le damos la espalda a Dios, nos entregamos a nuestra propia maldad, y es lo que hoy pasa en la actualidad. Dios no es injusto con lo que sucede, porque todo lo que el hombre sembrare, eso mismo segará (Gálatas 6:7).

Dios no depende de nosotros para ser Dios, Él es Dios por sí mismo. Nosotros necesitamos a Dios, pero Él no nos necesita a nosotros; dependemos de Dios, pero Él no depende de nosotros.

Dios sigue siendo Dios aun con las peores noticias.

Cada día estamos expuestos a malas noticias, pero aun con todo lo malo que sucede, Dios sigue siendo Dios. Si todos estamos de acuerdo en que Dios sigue siendo Dios a pesar de las malas noticias, Él se va a manifestar, va a imponerse como Dios, nos va a decir que sigue siendo Dios a pesar de todo, y mostrará su grandeza en poco tiempo, porque lo más grande que tiene un creyente es su Dios.

 

Marcos 5:35: “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?”

Mi pregunta es: “¿qué ha muerto en nuestras vidas?”, “¿la esperanza?”, no le demos oportunidad a la duda, ¡creamos solamente! ¡Levantemos nuestra fe, Dios está con nosotros! Él mismo Jesús que le habló a Jairo, es el mismo Jesús que hoy nos está diciendo: “¡No temas, cree solamente!”. No importan las malas noticias que nos hayan dado, Dios sigue siendo Dios, y Él es la única garantía para ganar nuestras batallas.
 

Job 13:15: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; no obstante, defenderé delante de él mis caminos”.

Dios sigue siendo Dios en medio de la prueba.

La fe no es conveniente, es obstinada. Tenemos que decirle a Dios: “si me matas, te daré toda la gloria, y si no lo haces, te adoraré hasta el último segundo que tenga en esta tierra”. La fe es una decisión de coraje y cree hasta las últimas consecuencias. No importando la prueba, Dios sigue siendo Dios. Job sabía que no podía altercar con Dios, así que se colocó en una posición de fe, confiando en la benevolencia de Dios. En medio de la peor prueba de nuestras vidas, Dios sigue siendo Dios porque su pacto es eterno.
 

2 Samuel 23:5: “No es así mi casa para con Dios; Sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, Ordenado en todas las cosas, y será guardado, Aunque todavía no haga él florecer Toda mi salvación y mi deseo”.

Aun con nuestras ofensas diarias a Dios, pensamientos negativos y maldad, Dios dice: “Sigo siendo Dios y mi pacto sigue estando vigente, aunque tú lo violes”. Cuando tenemos un pacto y creemos que está vigente, al caminar, los demonios se apartan. Tenemos el pacto de Dios sobre nosotros, y ese pacto toca todas las áreas de nuestra vida.

Dios sigue siendo Dios, por eso no hay tiempo, edad, ni límites para ver su mano, su poder y gloria. Si han pasado algunos años y no hemos visto nuestro milagro, Dios sigue siendo Dios. Hubo un hombre en la Biblia que estuvo 38 años esperando su milagro, pero al fin lo recibió, y fue sano (el paralítico de Betesda, Juan 5:1-11). No hay límites para Dios y su pacto es poderoso, tampoco hay edad para que Dios haga algo con nosotros.
 

Génesis 17: 1: “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto”.

Dios tiene un plan para nosotros y su plan no ha caducado, seguimos siendo hijos y siervos de Dios para hacer su voluntad cuando Él así lo decida. Dios no tiene límites para bendecir nuestras vidas y para hacer algo grande con ella. Dios va a hacer de nosotros hombres y mujeres de propósitos grandes, porque Él es grande.