Project Description

Influenciados e influenciadores

(Martes 21-04-2020)
Pastor Javier Bertucci

Los influenciados son aquellas personas que no accionan para un cambio, es decir, son receptores de la influencia, y a través de esa receptividad por medio de sus cinco sentidos, se la pasan un día con buen ánimo y otro con los ánimos caídos, son inestables, y esa inestabilidad emocional y espiritual es resultado de ser influenciados. Un influenciado vive de lo que oye en las noticias, de las cosas que le dicen, y de la percepción que obtiene. Vivir de esta manera es muy difícil, porque se es como las olas del mar que van y que vienen (Santiago 1:6), y dice más adelante Santiago que alguien así es inconstante en todos sus caminos (Santiago 1:8).

Debemos de tener esta percepción muy clara, o somos influenciados o somos influenciadores, es una decisión que solo nosotros podemos tomar, y que nadie la puede tomar por nosotros. Debemos salir del grupo de los influenciados y pasar al grupo de los influenciadores. Aquellas personas que utilizan las herramientas, en nuestro caso las espirituales, para ser influenciadores, bien sea sobre un problema, enfermedad, deudas o sobre un sentimiento o emoción, tendrán la capacidad de afectarlo y cambiarlo. La gran diferencia del influenciado, es que este siempre será el resultado de todos los actores que le rodean, en cambio, los influenciadores afectan a todos los que tienen cerca de ellos.

¿Cómo logramos generar una influencia para bien en los que están a nuestro alrededor? Por medio de la oración, esa es la herramienta más poderosa que podamos tener. La oración es la herramienta del creyente que le permite cambiar situaciones, circunstancias y emociones. Cuando empezamos a orar, nuestras emociones comienzan a ser influenciadas, y en ese momento comienza a haber un cambio; si empezamos a orar con angustia, esa emoción es influenciada y cambiada.

Cuando oramos, nos convertimos automáticamente de influenciados a influenciadores. Todos podemos pasar en determinado momento por ser influenciados, por ejemplo en los momentos en los que recibimos una mala noticia, la cual nos produce un sentimiento negativo, de angustia o de frustración, que seguramente empieza a hacernos daño como individuos, pero cómo podemos empezar a cambiar ese sentimiento: orando, y además, esa oración se convierte en influencia sobre nosotros y sobre esa circunstancia, cambiándola por un sentimiento de paz y de confianza. Debemos descubrir que es mejor vivir como influenciador, que como influenciado.

Éxodo 32:7-14: Entonces Jehová dijo a Moisés: –Anda, desciende, porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, lo han adorado, le han ofrecido sacrificios y han dicho: “¡Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto!”. Continuó diciendo Jehová a Moisés: –Yo he visto a este pueblo, que por cierto es un pueblo muy terco. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira contra ellos y los consuma; pero de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová, su Dios, y dijo: –¿Por qué, Jehová, se encenderá tu furor contra tu pueblo, el que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de decir los egipcios: “Para mal los sacó, para matarlos en los montes y para exterminarlos de sobre la faz de la tierra”? Vuélvete del ardor de tu ira y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo y les has dicho: “Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y le daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que os he hablado, y ellos la poseerán como heredad para siempre”. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo habría de hacer a su pueblo.”

Cómo hace Moisés para convencer a Dios en primer lugar de no airarse, en segundo lugar de no actuar en ira, y en tercer lugar, y lo más importante, de que se arrepintiera de lo que había aparentemente, por lo que leemos, decidido hacer. Luego, el mismo Moisés que convence a Dios de no airarse, rompe las tablas de ley que Dios mismo le había dado, pero al final se cataloga a Moisés como el hombre más manso de la Tierra, y cómo logra ese cambio, por medio de la oración y de su relación con Dios.

Cuando Moisés oraba, el primer influenciado era él, porque cuando oramos empezamos a adquirir el carácter interno que requerimos para nuestro llamado. Por medio de la oración desarrollamos estructura y carácter para lograr el carácter interno para aquel llamado que Dios nos ha hecho. Por medio de la oración fue que Moisés desarrolló un carácter como el que Dios deseaba para él, así como también Abraham y Elías. Dios nos toma como somos y como estamos, pero Él nos va formando en el camino, la oración va haciendo que ese carácter se vaya acercando al requerimiento de Dios para el llamado que Él nos ha hecho.

Todo el que quiere servir a Dios debe entender que la oración hace una influencia en su carácter, y que ese carácter interno va cambiando y transformándose por medio del Espíritu Santo a través de la oración, y de la relación que se desarrolla por medio de la oración. Cuando nos acercamos a Dios por medio de una relación, Él también se acerca a nosotros; Dios empieza a tener una relación con nosotros, de acuerdo a como nos relacionamos con Él. Cuando oramos no solo somos influenciados nosotros, sino que nuestro carácter va cambiando y elevándose al nivel del requerimiento de Dios para nuestro llamado; y cuando nos relacionamos con Él empezamos a tener una relación de reciprocidad, porque ya no solo conocemos a Dios, sino que Él nos comienza a conocer a nosotros, así que, lo que somos con Dios se mide por nuestra influencia con Él. Lo que somos con Dios es igual a la influencia que tenemos con Él.

Si una persona que poco se relaciona con Dios le pide algo, es imposible que tenga el mismo impacto que el que si tiene una relación con Él, Dios oye a todos, pero cuando una persona se relaciona y genera una amistad profunda con Él, va a tener un mayor impacto. La oración no debe ser solo un momento, debe ser una actitud constante. Debemos salir de ser un influenciados para ser influenciadores. Moisés, Abraham y Elías eran influenciadores por su gran relación con Dios, por la oración permanente que tenían con Él.

Nuestro carácter tiene que ver con nuestra oración, es decir, un carácter desarrollado, así como también una estructura espiritual, tiene que ver con una relación directa con Dios. No es lo mismo quien ora y conoce a Dios, que el que ora y no conoce a Dios. Moisés logró que Dios se arrepintiera (Éxodo 32:14), Abraham logró tener una explicación de Dios, cuando iba a destruir a Sodoma y a Gomorra (Génesis 18:23-33). La influencia que tiene el que ora tiene que ver con su carácter, pero el carácter tiene que ver con la oración, es decir, la oración de una persona que se relaciona constantemente con Dios genera un carácter, y ese carácter genera una influencia.

Hechos 16: 25-30: “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas[t] de todos se soltaron. Se despertó el carcelero y, al ver abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Pero Pablo le gritó: – ¡No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí! Él entonces pidió una luz, se precipitó adentro y, temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas. Los sacó y les dijo: –Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”

El carcelero se convirtió a Jesús a causa de la influencia del poder del Espíritu Santo, por medio de Pablo y Silas, el cual redarguyó de un solo golpe al carcelero, y luego de esto este hombre solo le preocupaba por ser salvo, lo más probable es que de ahora en adelante el carcelero se haya ido a predicar a Jesús con Pablo. La oración de dos hombres resultó en la liberación de muchos, en la conversión del carcelero, y en la de la mayoría de los presos que oían orar y adorar a Pablo y Silas. Los presos no solo fueron liberados de la cárcel, sino del pecado y del infierno, todo eso ocurrió con la oración de dos hombres, y qué no puede pasar con nuestra oración en casa, y con la de todos unidos, puede pasar grandes milagros.

Zacarías 8:23: »Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, y le dirán: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”».

Un hombre que ora es un hombre que Dios está con él. El manto de oración era el indicador de que Dios estaba con alguien. Más oración, más presencia, más conocimiento, más influencia, y más cambios en el mundo, la oración es una de las herramientas más poderosas de la Iglesia y de los creyentes.

Marcos 5: 25-34 “Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía y de nada le había servido, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús se acercó por detrás entre la multitud y tocó su manto, porque decía: «Si toco tan solo su manto, seré salva». Inmediatamente la fuente de su sangre se secó, y sintió en el cuerpo que estaba sana de su azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, preguntó: –¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: –Ves que la multitud te aprieta, y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”. Pero él miraba alrededor para ver quién lo había hecho. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él y le dijo toda la verdad. Él le dijo: –Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad.”

La mujer del flujo de sangre pensó en tocar el manto de Jesús, su manto de oración, porque cuando alguien comienza a creer y está bajo la influencia de la oración, entonces es tocado por Dios producto de su oración. Cuando la mujer tocó el manto de Jesús en seguida fue sana, esta mujer tocó la oración de un hombre de Dios, y Jesús los sintió, dice: “alguien me ha tocado porque virtud salió de mi”. Por medio de la oración que alguien hace constantemente, pueden acontecer grandes cosas, es por medio de la oración que alguien que sirve a Dios puede afectar a quienes tiene a su alrededor, y no es a través del toque físico, sino de la demanda espiritual que hace una persona cuando posee la unción de Dios, que viene de su relación con Él.

Oremos no de una forma religiosa, sino con el firme deseo de conocer a Dios, y de ser un influenciador para todos los que nos rodean. La oración es la forma más poderosa para ser influyentes sobre la gente. Hagamos de la oración algo profundo. Nuestro carácter es el resultado de orar mucho, es decir, de relacionarnos con Dios. No solo debemos orar un momento, debemos meditar en Dios durante el día, no tiene que ser una ceremonia o mecánica, es un estado espiritual permanente, para que Dios nos pueda hablar en cualquier momento, no solamente cuando vayamos al lugar de oración, sino constantemente, debido a que estamos atentos a su voz, porque queremos conocerle, esa es la forma como dejaremos de ser influenciados, para venir a ser influenciadores.