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Escuchemos la voz de Dios
Pastora Rebeca de Bertucci
Sábado 15-05-2021
2 Crónicas 20:20: “Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”.
Debemos creer la palabra que Dios da por medio de sus profetas, y aprender lealtad y fidelidad o seguiremos viviendo en oprobio. Lo que Dios ha dicho que hará, lo ejecutará, pero a su manera, no a la nuestra. Venezuela será levantada, y Dios lo hará por aquel pueblo que creyó y que no titubió.
1 Samuel 15:22,24-26: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, y vuelve conmigo para que adore a Jehová. Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel”.
Es de gran importancia oír a Dios y no a las circunstancias, caminar por dónde nuestro Padre ha dicho, eso es tener convicción y carácter, creerle al Dios que a dicho que vienen días de gloria para Venezuela. Pero, los milagros de Dios muchas veces no suceden de la noche a la mañana, hay un trayecto y un camino para la conquista de lo que hemos de recibir, y en ese tiempo debemos permanecer llenos de fe, sin desviarnos a derecha ni a izquierda, pero Dios prueba las convicciones de sus hijos para ver cuántos están dispuestos a esperar con paciencia, y sin dudar, mientras se espera el cumplimiento de sus promesas.
Debemos humillarnos ante Dios y pedirle perdón por no creer a la voz de sus profetas, de los hombres que dijeron cuál era la ruta y el camino.
1 Samuel 16:7-13: “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová. Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová. E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá”.
En la boca de los hombres de Dios, el Padre ha puesto la dirección y el consejo para su pueblo, porque hay esperanza para nuestro porvenir, porque Dios lo ha dicho.
Salmo 121: 1-2: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra”.
Juan 10: 27-28: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.
La gente atrevida, que se esfuerza, que no tiene miedo de la vergüenza pública y de las humillaciones, son aquellos que alcanzan la gloria, que llegan arriba, porque a Dios le contenta la gente que actúa de esta forma. Cuando el pueblo de Dios camina en rectitud y escucha a sus profetas, defiende sus convicciones.