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Recuperando mi filo espiritual

Pastor Javier Bertucci

Domingo 27-06-2021

Si hay algo que satanás ha intentado hacer a través de esta pandemia, es atemorizar y detener a la Iglesia de Jesús, pero debemos buscar estrategias para sacar todo espíritu de miedo y así no perder nuestro filo espiritual.

Las estrategias, acciones y motivaciones, son ese filo espiritual que deben estar fuertes en nosotros para no sucumbir ante ninguna circunstancia, y de esa forma ir en contra del miedo y el temor.

El filo espiritual depende directamente de nuestra actitud espiritual, y Dios no trabaja con cobardes, a tal punto que quienes tienen esta actitud, son los primeros en la lista de los que no entrarán en el Reino de Dios.

Apocalipsis 21:8: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.

Dios nos llama a tener convicciones firmes por la fe, a ser capaces de enfrentar al miedo y a no de quedarnos estancados en él.

Cuando perdemos nuestro filo espiritual, empezamos a menguar en la fe, concentrándonos más en las competencias, las críticas y en la apariencia física, y olvidándonos de lo que Jesús desea de nosotros, de su perfecta voluntad.

2 Reyes 6:1-2: “Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré”.

La gente que estaba con el profeta Eliseo tenían la necesidad de expandirse, y para ello requerían grandes vigas para construir, pero el trabajo necesitaba hacerse en equipo y ser direccionado por un líder, ante esto, Eliseo acepta que tiene que dirigir el proyecto.

Las naciones de la Tierra tienen una gran necesidad espiritual, y para suplirla, es necesario hacer cambios espirituales que sean dirigidos por los líderes de la Iglesia y los trabajados del cuerpo de Cristo.

Debemos ser valientes y llevar a la humanidad a los pies de Cristo, pero necesitamos tener un filo espiritual para ello.

Para mantener nuestro filo espiritual es necesario tener viva nuestra relación con Dios, no podemos reemplazarla por el trabajo que hacemos para Él. Trabajar para Dios y tener una relación con Él son dos cosas distintas, las cuales debemos priorizar correctamente si deseamos tener un buen filo espiritual.

2 Reyes 6: 4-5: “Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada!”

Al leer este pasaje nos encontramos con un hombre que puede representar a cualquiera que pierde su filo espiritual. Este hombre cortaba un árbol, pero su hacha no tenía filo, así que solo hacia un gran esfuerzo sin tener resultado, llegando incluso a perder la herramienta.

Cuando cambiamos nuestra relación con Dios por el trabajo, nos vemos como este hombre, haciendo grandes esfuerzos, pero con pocos o ningún resultado. No podemos olvidarnos de buscar a Dios, de apartar tiempo para estar en comunión con él, porque en ese tiempo será afilada nuestra hacha para ser efectivos en el trabajo que Dios nos encomendó realizar.

No podemos olvidarnos de sacarle filo a nuestra hacha, por más pasión que tengamos, primero debe ir el corazón de Dios y su voluntad. Todos sabemos dónde y por qué perdimos el filo; si somos sinceros y buscamos recuperarlo, nos encontraremos a Jesús dispuesto a recibirnos. Debemos regresar a la cruz de Jesús con humildad y así recibiremos un nuevo filo espiritual.