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La voz que despierta tu llamado
Vigilia JEF
Pastor Yobany Blanco
Miércoles 23-06-2021
1 Samuel 3: 1-3: “El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia. Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada”.
En el libro de Samuel observamos dos generaciones, (los hijos de Elí y Samuel), que se levantaron en una transición de tiempo en la que escaseaba la visión y algunos estaban dormidos. En aquel momento, Dios deseaba transicionar de lo viejo a lo nuevo por medio de Samuel, pero para conseguirlo debía levantar al joven para que conociera Su voz.
Samuel se encontraba dormido, y no conocía la voz de Dios, nosotros podemos estar activamente sirviendo en la casa de Dios, pero dormidos espiritualmente. Si es necesario, Dios nos repetirá una y otra vez la promesa que hay en nuestra vida para que despertemos, y debemos entender que el deseo de Dios es hablarnos personalmente. Todo cambiará en nuestra vida si tomamos decisiones en base a lo que Él nos habla. En el momento en que Samuel responde a Dios, su vida cambió por completo.
1 Samuel 3:4-8: “Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado?”
Samuel fue llamado tres veces, pero él pensó que quien lo llamaba era Elí. Puede que no estemos reconociendo quien nos está llamando, incluso, podemos confundirnos y tomar direcciones equivocadas, pero Dios va a insistir con su llamado. Samuel no conocía a Dios, aún viviendo cerca de su presencia, pero aunque tenía defectos, Dios lo veía y lo quería levantar, debido a que tenía un corazón humilde.
1 Samuel 3:8-11: “Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel!, ¡Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos”.
Fue necesaria la ayuda de Elí para que Samuel conociera qué hacer ante el llamado de Dios. Todos necesitamos la sabiduría de nuestros mentores para poder accionar correctamente ante lo que Dios nos dice, y discernir lo que estamos oyendo. Esto es por la cobertura que tienen nuestros líderes o pastores, ellos nos guiarán para tener la actitud correcta, mientras aprendemos a diferenciar la voz de Dios del resto de las voces.
Dios deseaba que un nuevo espíritu llegara a su pueblo. La juventud tiene un espíritu de novedad y de valentía para realizar lo que Dios pide, por eso no podemos apegarnos a nuestro pasado como lo hizo Elí, debemos ser como Samuel, humildes y dispuestos a hacer cosas totalmente nuevas. Dios le dará a esta nueva generación ideas innovadoras.
Dios puede cambiar nuestro lenguaje solo si empezamos a oír su voz y la guardamos en nuestro corazón, así podremos ser los que cambien el futuro de una generación. Samuel finalmente se convirtió en una voz de dirección para Israel, y dice la Biblia que creciendo, Jehová estaba con él y ninguna palabra que decía caía en tierra (1 Samuel 3:19). Si nos convertimos en el Samuel de esta generación, ninguna palabra que digamos caerá en tierra.