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Orando con el enfoque de la mente y el peso del espíritu
Pastor Francisco Barrios
Martes 06-07-2021
Hechos 12: 1-6: “En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura. Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él”.
La Iglesia de Jesús debe aprender a orar con enfoque, para de esta forma poder atacar los puntos exactos, y no los equivocados, porque quien ora con enfoque ataca la raíz, no las ramas. A la Iglesia primitiva le apresaron al apóstol Pedro, para luego asesinarlo, sin embargo, dice que ellos oraban sin cesar, se enfocaron en pedir que fuera puesto en libertad.
La Palabra declara que cuando el pueblo de Dios estaba siendo oprimido por los egipcios, clamaron a Dios pidiendo ser liberados de ese sistema; tenían muchos problemas a causa de su esclavitud, pero su oración se enfocaba en ser liberados (Éxodo 6:5-8). Los israelitas podían pedir comida, medicina o ropa, que eran cosas que necesitaban, sin embargo, su oración se enfocaba en la raíz del problema, por eso elevaron un clamor que llegó a Dios. Debemos orar con enfoque, porque son estas las oraciones que son respondidas.
Orar con el peso del espíritu, es orar con fe. La Iglesia de los Hechos sufrió la muerte de Esteban y Jacobo, ahora tenían a su apóstol encarcelado, pero estas cosas hicieron que despertaran en oración, decidieron levantarse y empezar a orar fervientemente por Pedro.
Ahora la Iglesia de los Hechos oraba con una fe agresiva y un enfoque correcto, la adversidad que vivían despertó un león de poder. Ahora ellos dejaban la actitud defensiva por la ofensiva. Si seguimos leyendo este capítulo, nos encontramos que Pablo fue a una casa en la que estaban orando por él, eran pocos, pero realmente no se necesitan grandes multitudes para ver grandes liberaciones, con un pequeño remanente dispuesto a despertar y orar en poder, Dios puede hacer grandes milagros.