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Dios en el sufrimiento
Pastor Francisco Barrios
Domingo 07-11-2021
Se ha predicado mucho sobre la prosperidad y sobre las formas para llegar a ser exitoso, este tipo de predicaciones no están mal, pero no podemos englobar a Dios solamente en los buenos momentos, porque generaremos cristianos desconcertados que estén enojados contra Dios porque piensan que Él los hace sufrir. Debemos presentar a un Dios que nos acompaña en la derrota, que camina con nosotros en medio del sufrimiento; un Dios que no nos deja solos en el valle de sombra y de muerte.
Salmos 23:4: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
Tendemos a pensar que Dios solo está con nosotros cuando todo se encuentra en orden, pero dudamos de su compañía cuando estamos en una cama de hospital o en medio de una crisis matrimonial. Conocemos a un Dios de promesas en el éxito, pero no descubrimos al Dios que nos acompaña en el sufrimiento y la angustia.
Isaías 43:2: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”.
La Biblia está llena de palabras de Dios para el dolor, por eso conocemos que Él promete acompañarnos en la angustia y evitar que nos ahoguemos en el sufrimiento. Jesús no fue eximido del dolor, Él lo experimentó para poder comprender nuestro sufrimiento, de esta manera sabemos que tenemos un Dios que comprende lo que estamos sintiendo.
El pueblo de Israel conoció al Dios de milagros y promesas cuando estaban en Egipto, aunque no pudieron ver al Dios que estaba con ellos en el desierto. El mismo Dios de las plagas les mandó comida del cielo, y los sanó de sus enfermedades cuando vivían en el desierto, y pese a todo esto, solo Moisés pudo conocer y amar a Dios en cada etapa de su vida. Nunca podremos conocer al Dios de sanidad, si no vivimos enfermedad; nunca se nos revelará el Dios de provisión, si no atravesamos por la necesidad.
Dios quería quitarle la mentalidad de esclavos al pueblo de Israel, y lo logró por medio del padecimiento. Ellos fueron perseguidos por muchos años y aun así lograron ser una gran nación, porque Dios no solo los acompañó en los buenos momentos, sino en los más difíciles.
2 Corintios 4:17: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”.
El momento del sufrimiento nos llega a todos, pero cuando lo enfrentamos con Dios, en vez de destruirnos, nos construye. A Israel el sufrimiento lo destruyó, pero a Moisés los llevó a un nuevo nivel de gloria, llegando a preferir seguir en el desierto para continuar caminando con Dios. No podemos huir del sufrimiento, al contrario, debemos enfrentarlo con Dios, porque este produce en nosotros un mayor peso de gloria.
Ezequiel 37: 1-2,5-6,10: “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo”.
Dios busca a los afligidos, a los desesperanzados y les da nuevas fuerzas para que conozcan que aun cuando pueden estar viviendo el peor momento de sus vidas, Él sigue siendo Dios. Si creemos y nos encontramos con el Dios del valle, podremos ver como aquello que nos hace padecer, es alejado de nosotros, porque Dios va a resucitar nuestra alegría, sueños y visiones.
Dios desea que aquellas personas que pasan por el sufrimiento puedan conocerlo mucho más, puedan descubrir que Él está para ayudarlos, levantarlos y colocarlos como ejemplo para otros. Una persona que descubre a Dios en medio de la aflicción, está capacitada para ayudar a los demás a ver las bondades de Dios en medio del valle de sombra, porque nuestra experiencia tiene el propósito de instruir a los demás