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Buscadores de un avivamiento
Predica Yobany Blanco
Ayuno Nacional
Sábado 29-01-2022
Salmos 80:18-19: “Entonces no nos apartaremos de ti; avívanos, e invocaremos tu nombre. Oh Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y seremos salvos”.
Los avivamientos son provocados por hijos de Dios, en quienes el Espíritu Santo despierta un nuevo nivel de oración para pedir una visitación especial de Él en sus vidas; cada avivamiento inicia en un corazón dispuesto. Cuando llega el avivamiento, el pueblo es salvo, siendo este el inicio para la manifestación de todas las bendiciones de Dios.
Ezequiel 22:30: “Busqué entre ellos alguno que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé” (LBLA).
Nunca recibiremos lo que no estamos orando, debemos empezar a pedir que un avivamiento se despierte en la Iglesia y para ello tenemos que levantarnos y ser responsables de traer un movimiento del Espíritu Santo sobre las masas. Dios está buscando un intercesor que se pare en la brecha y levante un vallado de oración que detenga el juicio sobre los hombres y permita la llegada de los tiempos de refrigerio.
Habacuc 3:2: “Oh SEÑOR, he oído lo que se dice de ti y temí. Aviva, oh SEÑOR, tu obra en medio de los años, en medio de los años dala a conocer; en la ira, acuérdate de tener compasión” (LBLA).
Hay cosas que debemos recuperar para activar un avivamiento en toda la Iglesia, siendo una de ellas el volver al Evangelio genuino y santo, porque cuando caminamos en él, se produce en nosotros un nuevo nivel de amor, vemos salvación, milagros y una nueva llenura del Espíritu Santo; este Evangelio genera en nosotros temor de Dios y nos lleva a la santidad.
Debemos convertirnos en la verdadera Iglesia de Jesús, una indetenible, vestida de la autoridad de Dios para destruir a todo hombre fuerte. La Iglesia del Dios viviente tiene la capacidad de revocar todo plan del enemigo en su ciudad, porque posee un espíritu misionero. Los buscadores de avivamientos son las puertas para que entre la predicación de la palabra en lugares que estaban cerrados.
1 Corintios 1:18-24: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”.
Si deseamos un avivamiento debemos buscar una revelación personal de Cristo Jesús, en el que experimentemos la obra de Jesús en cada área de nuestras vidas. Conocer a Jesús nos lleva a desear lo que está en su corazón, y, en consecuencia, empezamos a anhelar la salvación de las almas naciendo en nosotros un fuego por predicar sin miedo ni límites.
El avivamiento implica una renovación de ideas y estrategias; necesitamos un nuevo avivamiento para esta generación, no podemos vivir de experiencias pasadas. En los avivamientos nacen las generaciones de fuego y se levantan grandes llamados. Nosotros, quienes conocemos de la verdad del Evangelio, tenemos la responsabilidad de clamar y orar para que Dios inicie un avivamiento que salve a las naciones.
Un avivamiento es un despertar de Dios en nuestros corazones, es restaurar nuestra relación con Él, es una renovación espiritual, es la forma de vencer toda amenaza de muerte y esterilidad. Cuando se ora por un avivamiento nada se queda del mismo tamaño, pero no podemos lograrlo si no levantamos un nuevo nivel de intercesión. Si sentimos que estamos esclavos o atados en algún área de nuestras vidas, si sentimos estancamiento, debemos empezar a orar por un avivamiento.