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Tú eres aquel a quien el Padre ama
Pastor Francisco Barrios
Sábado 12-03-2022
Ayuno Nacional
Juan 13:21: “Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús.”
Juan tenía revelación de cómo era visto por Jesús, se sentía amado. Un gran reto que tiene la Iglesia es apropiarse de la revelación de que es amada por Dios. Muchos creyentes piensan que todos tienen acceso a ese amor, menos ellos, y se auto eliminan del amor de Dios.
Juan 13: 24-28: “A este, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquel es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.”
Juan 13:36-37: “Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. 37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. 38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.”
Hay tres formas de reaccionar a la gracia, las podemos observar en Judas, Pedro y Juan. Judas, rechazó la gracia y terminó ahorcándose; Pedro, quien hizo una promesa para ganar el amor de Dios y no la cumplió; y Juan, quien disfrutaba de Jesús y aceptaba la gracia inmerecida, él fundamentó su identidad en cuánto Dios lo amaba y eso le dio la fortaleza para enfrentar la prueba.
Pedro reaccionó como un hijo de la Ley, intentó acceder a la gracia por medio de acciones, prometió dar su vida por Jesús, sin embargo, incumplió esa promesa al negarlo tres veces y no resistir ante la prueba. Siempre que intentemos amar a Dios con nuestras propias fuerzas nos sentiremos frustrados, porque estamos actuando según la Ley.
1 Juan 4:10: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.”
Se nos debe revelar cuánto Dios nos ama para poder corresponder a su amor. Una vez que basamos nuestra identidad de cristianos en el amor del Padre, no hay condenación que pueda desestabilizarnos de la fe. Un cristiano que posee la revelación del amor de Dios es uno que puede vencer más fácilmente la tentación, así que aferrémonos a la idea de que Dios nos ama tanto, que entregó a su hijo único, siendo el mayor sacrificio que puede hacer un padre.