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No gastes pólvora en zamuros

Líder Haisahar de Ávila

Martes 05-07-2022

 

 

Mateo 6:31-34: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”

Cuando damos a otros, de las bendiciones que nos son otorgadas, abrimos un camino para recibir una mayor bendición. Sin importar el tamaño de la semilla, esta puede llegar a multiplicarse si solo la entregamos con amor.

La Biblia nos insta a que primeramente busquemos de Dios, que no vivamos enfocados en las cosas materiales, ni en las carencias que tengamos; sino al contrario, que nuestro verdadero enfoque y aquello que nos motive a vivir sea el hacer la voluntad del Padre. Al igual que los zamuros, los demonios buscan a todos los cristianos que su espíritu está derrotado y amargado, porque ellos son más fáciles de alejar del propósito.

En los momentos de tristeza, enfermedad y angustia, apoyémonos en nuestra Iglesia. Busquemos levantar altares de adoración para fortalecer el espíritu, pidamos ayuda en oración y no permitamos que el enemigo nos quite el gozo y la paz. Aprovechemos la oportunidad para aprender a confiar en un Dios que es capaz de darle vida a lo que estaba muerto, de convertir lo imposible en algo posible.

Mateo 11:29-30: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”

Cada vez que nos encontremos agotados y abrumados por luchar incansablemente contra un problema, recordemos que en Jesús encontramos descanso y victoria. Nuestro Padre lo único que nos pide, es que dejemos en sus manos todo dolor, angustia y tristeza. En el momento que renunciemos a esa carga para darla a Dios, experimentaremos la verdadera paz y confianza.