Project Description
La Gracia y su provisión abundante
Pastor Javier Bertucci
Domingo 15-01-2023
3 Juan 1:2: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
La prosperidad a la que se hace mención en este verso es integral, es decir, que afecta el espíritu, alma y cuerpo. Ahora bien, el deseo de Dios es que seamos bendecidos de forma financiera, porque “De tal manera” (Juan 3:16) Él nos ha amado, y de esta forma podamos bendecir también a otros.
La provisión abundante es una marca exclusiva de la Gracia de Jesús; cuando multiplicó los panes la gente comió, guardó y aún sobró (Mateo 14:13-21). Dios le dio a Adán y Eva todo lo necesario para que ellos estuviesen tranquilos, y que solamente se dedicasen a adorarlo. Este es un año de avance financiero para la iglesia de Jesús.
Romanos 5:17: “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia”.
No hay forma de reinar en esta vida sin antes recibir la abundancia de la Gracia de Dios. Hay dos formas de prosperar: trabajando con constancia, y la siguiente, por medio de la Gracia de Dios.
Efesios 1:17-18: “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”.
Dios no nos da conforme nuestros errores, sino a su abundante gracia. Necesitamos conocer quien es Dios para que conozcamos cual es nuestra esperanza. Las riquezas que Dios nos da es para que su nombre sea conocido.
Filipenses 4:19: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.
2 Corintios 12:15: “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos”.
Si no poseemos nada, ¿qué podremos entregar para el servicio en la obra de Dios? Necesitamos en este año pedir sabiduría y conocimiento de Dios.
Juan 21:7, 20: “Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar. Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”
Juan 19:26: “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo”.
Juan 13:23: “Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús”.
Juan 20:2: “Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto”.
Juan tuvo una revelación del amor de Dios mas que todos los discípulos, no habló de cuánto él amaba a Jesús, sino de cuánto Él lo amaba. Cuando conocemos cuánto Jesús nos ama, nos podemos acercar a Él con confianza, porque sabemos que no nos va a rechazar.
Jesús no nos salva para dejarnos arruinados y en verguenza, Él nos va a ayudar, así que confiemos. La voluntad de Dios es que tengamos la provisión que Él tiene, porque de la misma manera que se hace en cielo, desea que se haga en la tierra.
Mateo 7:11: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”
Romanos 8:32: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”
Esperemos lo mejor de Dios este año, porque Él está dispuesto a concederlo. Si Dios dio a su hijo, cómo no nos dará todas las cosas que necesitamos. Lo que no hemos recibido es porque no hemos madurado para obtenerlo, pero este puede ser el año de recibirlo.
Lo que Dios nos va a dar, lo va a hacer no porque lo merecemos, sino porque Él nos ama.