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Amor Herido

Pastor Francisco Barrios

20 de agosto de 2023.

 

Juan 3:14-17:
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (RV 1960).

Jesús como hijo de Dios tuvo que vivir y enfrentar diversas situaciones para convertirse en el Salvador de la humanidad, una de ellas es la manera en que se refleja desde el Antiguo Testamento lo que Cristo haría por todos nosotros; cada padecimiento enfrentado y cada golpe que recibió la cruz que hizo Moisés por órdenes de Dios, son también la cantidad de sufrimiento que Jesús estuvo dispuesto a recibir por amor a todos nosotros.

En la actualidad, la religión ha querido establecer un concepto de odio de Dios hacia la humanidad, cuando el mismo Dios todo lo que ha hecho es por amor a todos nosotros sin condición, aun cuando demostrar el tamaño de su amor sea realmente doloroso: la entrega de su propio hijo.

Efesios 3:19:
“y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (RV 1960).

La capacidad de amar de Dios es tan grande que no existen límites o alguna definición humana que pueda describirle, pues no es comprensible y excede cualquier noción que haya.

Jeremías 31:3:
“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia” (RV 1960).

El amor eterno de Dios no se puede alterar con el tiempo, por eso, no importa en lo que las personas se conviertan, hagan o la magnitud de su pecado, Dios seguirá siendo amor para todos nosotros por igual.

Ese mismo amor no está condicionado a un grupo de personas, o incluso al creyente por exclusividad, sino que está dedicado y entregado al mundo entero, tanto al que le recibe como al que no, como al que vive para Él como aquel que le da la espalda.

Lo que ha establecido la religión sobre el amor de Dios ha levantado murallas para hacer acepción de personas y que los rechazados traten de ganarse o merecer el amor del Señor, cuando es totalmente lo contrario, el mismo amor de Dios abrirá un camino donde no lo hay para poder llegar a su destino.

No permitas que las heridas que otros han causado puedan limitar la forma en la que Dios quiere que ames a quienes te han lastimado, no se trata de ti sino de ser cada día como Jesús y su amor sin condición; la forma en la que te limitas a amar a quien te lastimó, también limita la capacidad del deleite que puedes sentir cuando conoces como amar a plenitud.

El amor es capaz de derribar cualquier muralla que el ser humano haya construido para auto protegerse de sufrir más heridas; el amor es el único que logra cautivar a un corazón que se resiste.Ante el rencor, el odio, las murallas y más, el amor siempre triunfará.

Los más grandes amantes serán los más grandes dolientes.

El amor verdadero, y no es el aquel que es de carácter romántico, puede sobreponerse al dolor, a las lágrimas, al sufrimiento, a la tragedia y sobrevivirá a todo aquello que puede considerarse como un factor que lo pueda disminuir o extinguir.

1 Corintios 13:4:
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (RV 1960).

Aunque la humanidad le rechace e intente vivir sin Dios, el amor del Padre no se limitará sino que seguirá mostrándose con el mundo entero, pues el Señor está enamorado de todos sin igual; Su amor no se condiciona a las tantas cualidades que tenga cualquier persona sino por la esencia misma de lo que Él es, el amor. El comportamiento del ser humano tampoco detendrá a Dios de poder defender a su creación y seguir mostrando su misericordia.

La permanencia del amor de Dios no es algo que las personas puedan comprender aun con toda la sabiduría, pues aun en medio del dolor de la infidelidad que cada día crece de parte de la humanidad, Dios no se ha contenido de seguir mostrando su amor.

Oseas 3:1:
“Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas” (RV 1960).

La maldad dentro del corazón humano tampoco representa una limitante para que Dios pueda amar menos a una persona, aun cuando conoce todos los deseos e intenciones de nuestro corazón,
Su amor es suficiente para guiarnos por un buen camino en donde podamos pasar de oscuridad a luz por causa de Él. Es Su amor el que redime y cambia toda la maldad de la naturaleza del ser humano.

Estos mismos errores y fallas se hacen presente dentro de las iglesias; críticas, juicios y señalamientos, aunque no son del agrado de Dios, tampoco es una muralla u obstáculo para que el Señor pueda seguir mostrando Su amor y misericordia.

Oseas 2:14-20:
“Pero luego volveré a conquistarla. La llevaré al desierto y allí le hablaré tiernamente. Le devolveré sus viñedos y convertiré el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza. Allí se me entregará como lo hizo hace mucho tiempo cuando era joven, cuando la liberé de su esclavitud en Egipto. Al llegar ese día —dice el SEÑOR—, me llamarás ‘esposo mío’ en vez de ‘mi señor’. Oh Israel, yo borraré los muchos nombres de Baal de tus labios y nunca más los mencionarás. En ese día haré un pacto con todos los animales salvajes, las aves de los cielos y los animales que corren sobre la tierra, para que no te hagan daño. Quitaré de la tierra todas las armas de guerra, todas las espadas y todos los arcos, para que puedas vivir sin temor, en paz y seguridad. Te haré mi esposa para siempre, mostrándote rectitud y justicia, amor inagotable y compasión. Te seré fiel y te haré mía, y por fin me conocerás como el SEÑOR” (Biblia NVI).

Tal capacidad de amar, aunque mucho se intente, no puede ser comprendida, simplemente el amor de Dios se acepta.

¿Quién nos puede amar de tal manera sino el Señor?

Debemos como personas y creyentes, aprender a practicar el verdadero concepto del amor, sin señalar ni juzgar a quienes pecan de manera diferente a la nuestra, pues aun siendo desplazados de las congregaciones, el Señor los sigue amando sin condición igual que a nosotros.

Oseas 11: 1-9:
“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios. Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida. No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir. Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos. Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer. ¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad” (RV 1960).

¿Qué Dios es capaz de amarte al punto de sentir dolor por tus heridas, aunque vivas alejado de Él?

¿Qué Dios está dispuesto a soportar cada día la infidelidad del ser humano con otros dioses y, aun así, seguir mostrando su benevolencia y misericordia con quienes le rechazan?

¿Qué amor puede entregarse hasta lo más mínimo, olvidarse de tus fallas y pecados, e ir a rescatarte cada vez que te has sentido perdido, sin esperanza y sin salida?

Mientras más el ser humano intente separarse del amor para no sufrir, Dios en medio del sufrimiento ensancha su corazón para amar mucho más de lo que se puede imaginar.

El enemigo intentó poner el amor de Dios en contra del propio Dios: la humanidad, pero el Señor estableció su propia manera de poder cuidar y amar a su creación a pesar de sus pecados y rebeliones enviando a Jesús como cordero perfecto y sin mancha para que, a través de Él, la humanidad no recibiera el castigo que realmente merecía. Ese dolor de entregar a su propio hijo se ha convertido en la máxima representación del amor de Dios hacia la humanidad.

La solución de amor de Dios sorprendió a satanás, éste deseaba de alguna manera vengarse de ser expulsado del cielo y por causa de ello colocó el pecado en la humanidad, pero la entrega de Cristo en la cruz en el lugar que a todos nos correspondía hace comprender la profundidad de Su amor hacia nosotros, es la representación del sufrimiento que trae consigo el amor.

No hay otro como Dios para entender todo lo que sucede en tu vida, tus alegrías, tus tristezas, tus heridas, tus logros, aun en medio de tiempos difíciles, Dios puede cubrir fallas, errores, vacíos y demás por causa de Su amor. Él hará lo que tenga que hacer por amor a ti, aunque signifique romper sus propias leyes para demostrarte en todas las áreas de tu vida cuanto te ama.

No te limites más y ríndete ante la plenitud e inmensidad del amor del Padre.