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Servicio dominical
Pastor Javier Bertucci,
domingo 28 de enero de 2024
Debemos entender la dispensación de la gracia, para no convertirnos en un juez o juzgador, y para eso necesitamos ser como Jesús, quien en vez de ser juez es un abogado.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” – 1 Juan 2:1 (RV1960).
Además, dentro de lo que comprende el Juicio Final, no es usado para decidir quien va o no al infierno o para revocar la salvación de alguien, sino para dar la recompensa según hayan sido sus obras.
Es el juicio final la determinación para hacerle saber al malo el porqué no puede entrar al cielo, pero especialmente el hecho de no haber creído, así pues la salvación no se determina por obras sino por fe.
No podemos esperar que el mundo mejore, pero las personas pueden cambiar, de igual manera sucede con quienes deciden creer en Jesús y transformar su vida, y quienes no lo hacen y ser aún peor de lo que ya eran afectando completamente su entorno.
El avance que el mundo tiene en leyes dedicadas a destruir el diseño original y evidenciando asi la inmoralidad en la que está sumergido el mundo exponen la necesidad que existe en el planeta por el perdón y la salvación en Jesús.
Por tanto, la maldad seguirá creciendo y los que quieran arrepentirse serán mejores, todo parte de una dinámica para el regreso de Jesús a la tierra.
La iglesia debe ser un ente pensante y no un ente religioso, sino una estructura que pueda estar en sintonía con la dispensación actual y entender el tiempo en el que vivimos, evitemos estar desconectados de esta dispensación y del escepticismo, las cuales puede impedir el avance de la transformación del Evangelio por medio de la religión y el juicio, que incluso ven maldad donde no la hay y hacen que quienes no conocen a Jesús no quieran congregarse.
La humanidad no puede ser juzgada por su bondad, porque carecen de ella al haber nacido con la maldad naturalmente por causa del pecado de Adán, solo hay uno bueno que se hizo hombre y es Jesús.
No podemos esperar o tener esperanzas de que el hombre pueda ser bueno cuando su naturaleza original es mala, pero quienes están centrados en Jesús serán difícilmente decepcionados por causa de las acciones de otros, pero hay quienes se frustran y se cierran por causa de no comprender o corresponder la dispensación.
Pero contra todo sentimiento escéptico, Jesús nos ha perdonado y está dispuesto a hacerlo siempre, pues el pecado trae consigo la ignorancia del mismo, lo que equivale al no pecado y Jesús mismo lo pudo constatar cuando la humanidad lo crucificó.
“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes” – Lucas 23:24 (RV1960).
La ley hizo a todos pecadores, pero el sacrificio de Jesús nos liberó de la condenación y nos dio la salvación.
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado” – Juan 3:14 (RV1960).
El mensaje a exponer en las iglesias y en todo lugar, es que sin el sacrificio voluntario de Jesús no tendríamos perdón, ni salvación, no seríamos liberados de la culpa y tampoco pudiéramos tener acceso al cielo a causa del pecado y la maldad.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” – Juan 3:16 (RV1960).
No demos cabida a la confusión en las iglesias para que no sepan que la salvación no es por obras sino por medio de la fe en Jesús.
1. Dios es el mismo por los siglos, pero el pacto no, ya que Dios desea establecer una relación con Su creación por medio de condiciones que Su hijo propició, aboliendo el viejo pacto y haciendo vigente el nuevo pacto por la sangre de Jesús.
Ya no son nuestros esfuerzos para tratar de alcanzar a Dios, ahora sin esfuerzo Dios es quien se acerca sobrenaturalmente extendiendo Su mano de amor y gracia para buscarnos, hallarnos y salvarnos.
Cuando estabas perdido, sumergido en tu pecado, Jesús te buscó, te encontró y te aceptó, porque Él te amó primero y sin condiciones, y por causa de ese amor cada día vas a mejorar para agradarle a Él.
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” – 1 Juan 4:19 (RV1960).
Cuando aprendes a amar de Jesús, decides apartarte del pecado por revelación y no por miedo al infierno, pues una relación con Él no puede estar basada en el miedo y temor que infunda la religión, sino todo a través del amor, porque constantemente Él me muestra Su amor. El mismo que murió por amor a ti sería incapaz de hacer algo que te haga daño.
“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” – 1 Juan 4:8(RV1960).
Si Dios me ama, Dios me va a ayudar, pero porque el pacto con el Señor haya cambiado, no es significado de usar la gracia como una licencia para pecar y dejar de lado el arrepentimiento.
Dios es el mismo, pero hace una diferencia en la forma de hablar a quienes desarrollan una relación con Él, lo que puede denotar mejoras en unas relaciones más que otras y una dispensación de la gracia a niveles nunca pensados, como el perdón del Padre, el cual es inmerecido.
“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer” – Hebreos 8:6-13 (RV1960).
Dios desea que todos le conozcan y que todos puedan saber que hizo un nuevo pacto por el cual Él está propicio a sus iniquidades, porque la manifestación del pecado hará sobreabundar la gracia.
Las iglesias deben enfocar más el cuidado al bienestar del creyente que a su apariencia, por la cual se puede juzgar y herir al punto de que se alejen de la fe.
2. Eres especial para Dios, porque has creído en Él.
Recibir a Jesús en tu corazón te hace distintivo y especial, porque pasan a ser uno solo contra todo lo que hay en el mundo. Por tanto, Dios tomará decisiones a tu favor que puedan afectar de manera positiva a quienes te rodean, solo porque eres especial para Él.
Y es por causa de ese nuevo pacto, que Dios te proveerá de todos los recursos que necesites en la vida, porque ha prometido tener cuidado de ti por medio de Su gracia, en la que todo es si y amén, y todo debe comenzar con la revelación de la palabra del Señor en tu corazón.
Es tanta la bondad y la gracia del Señor en tu vida, que trabaja en lo que te preocupa para que puedas tener paz y tranquilidad.
“En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” – Efesios 2:12 (RV1960).
Sin ceremonias ni protocolos, Dios está cerca de ti y su gracia hacia tu vida no es escasa.
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” – Hebreos 11:6 (RV1960).
Dios tiene cuidado de ti, aun con errores y fallas, Su amor jamás ha dejado de mostrarse en tu vida, porque eres especial para Él.
“¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” – Lucas 15:4-7 (RV1960).
“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti” – Isaías 43:2-3 (RV1960).
Jesús decidió cargar con nosotros toda la vida por amor, y es ese amor el que te mantendrá firme en todo tiempo.
Puede que haya quienes se vayan de la presencia de su padre, pero jamás el Padre se irá o se apartará de su hijo, porque Su amor por ti jamás se acabará.
“Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó” – Lucas 15:20 (RV1960).
Dios te ha dado todo lo que has pedido, y si no lo has recibido o visto en tus manos es porque aun no te has determinado en la fe para creerlo y poseerlo.
Dios te ha dado todo lo que necesitas para reinar y disfrutar en esta vida, porque eres Su hijo y debes creer con todo tu corazón que eres realmente especial para Él.