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Dios, ¿Cuándo me responderás?
Pastora Maribel Valbuena,
martes 30 de enero de 2024
Ante todas las veces que te preguntas sobre la respuesta de Dios, primero debes aprender a confiar que en Dios todo es posible.
Hay procesos en la vida en los que uno debe aprender a confiar y a desarrollar la paciencia.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” – Salmos 46:1 (RV1960).
Los ánimos surgen cuando sabemos que Dios responderá pronto, espera y ten confianza en Él.
Dios no se mueve en la angustia, sino en la confianza de esperar en Él y provocar el milagro por medio de la oración, aunque las circunstancias se vuelvan complicadas.
La paciencia es la actitud para esperar la respuesta de Dios, por su parte la angustia no te permite tener la paz de lo que el Padre está haciendo a tu favor.
Entregar tus cargas y creer que Dios provee la confianza para esperar tu milagro es la mejor forma de saber que si Él lo prometió, Él lo va a cumplir.
“Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor” – Salmos 40:1 (RV1960).
La paciencia es indispensable para que Dios incline su oído a favor de tu oración, la actitud mientras esperas marca la diferencia.
Aprende a servir a Dios y desaparecerán todo sentimiento de intranquilidad y angustia, encárgate de lo que el Señor quiere hacer mientras Él trabaja en lo tuyo, porque servir te garantiza la paz en todos los ámbitos de la vida.
La queja no te trae resultados, la confianza en lo que Dios está haciendo sí.
El proceso y tu actitud te garantiza que vas en el camino correcto hacia la respuesta de tu oración, y por consecuencia, tu milagro.
Dios es bueno, es quien te garantiza por medio de Su paz, que el milagro por el que has estado creyendo se cumplirá.
El desencadenante de tu milagro será tu actitud ante los procesos, un ejemplo para otros para atreverse a confiar en Dios, por eso con cada una de tus actitudes no seas de tropiezo para lo que estás esperando.
Los cambios en uno mismo son la imagen de Jesús que estamos mostrando a otros.
La forma en la que te muestres viviendo por fe, será la prueba de que Dios es real y que es bueno.
No lo dudes, pronto Dios lo hará y mientras, yo estaré confiado y en paz por todo lo que está haciendo.