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Nuestro gran mediador

Pastor Javier Bertucci, domingo 29 de septiembre de 2024

Nuestras propias capacidades o justificaciones no nos libran de los procesos que vienen a hacernos crecer en un mundo plagado de maldad y que pone constantemente nuestra fe a prueba para hacernos desistir de ella.

“Yo soy impío; ¿Para qué trabajaré en vano?” – Job 9:29 (RV1960).

Solo la gracia del Señor nos hace permanecer en cualquier momento de nuestra vida, debemos depender de ella y no de nuestras propias fuerzas, nada podemos lograr o hacer cuando decidimos vivir sin Dios.

Entendamos que necesitamos un mediador que nos ayude a sobrellevar la grandeza del Padre en nuestra minúscula vida, sabiendo que Él es quien nos escoge y nos da a un propósito, porque no es como nosotros queremos, es como Dios ya ha determinado.

Nunca soltemos a nuestro mediador, quien desde nuestra pequeñez nos ayuda a llegar al Padre y poder establecer una relación con Él, jamás tratemos de caminar solos por miedo a las circunstancias, Jesús nunca nos va a dejar.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” – 1 Timoteo 2:5 (RV1960).

Todo fracaso en la vida viene cuando nos soltamos de Jesús, nuestro mediador. Por eso, vivamos una vida aferrados de Él, creyendo en Su amor y Su protección.

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” – Juan 14:6(RV1960).

Solo en Jesús hay poder para vencer al pecado, y es por medio de Su gracia, la cual nos hace constantemente renunciar a nuestros propios deseos para vivir una vida en santidad para Él.

“Si tuviese cerca de él Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber; Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención” – Job 33:23-24 (RV1960).

Mantengamos un corazón necesitado de Dios en todo momento, tanto en los días buenos como en el día malo, esa característica nos hace más grandes que cualquier tesoro terrenal que podamos poseer.

Jesús nuestro mediador, nuestro sumo sacerdote, permanece a nuestro lado todo el tiempo, nada podemos hacer sin Él, de Su corazón y Su amor viene nuestra seguridad. Pasemos de tener una relación de pedir favores y una necesidad insaciable de querer estar sumergidos siempre en Su presencia.

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” – Hebreos 4:15 (RV1960).

Nuestro amado mediador es quien ya ha vivido y vencido el mundo para que nosotros pudiéramos conquistar la Tierra, dándonos de Su gracia para ser salvos, ayudándonos en todo momento y rogando por nosotros ante el Padre por causa de su infinito amor, cuando entendemos que por causa de este amor le pertenecemos, que no queremos estar con nadie más, nos distinguimos del resto, siendo escogidos por Él para propósitos más altos que nuestros planes.