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A una fe mayor
Pastor Javier Bertucci, 08 de noviembre de 2024
“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” – Hageo 2:9 (RV1960).
Lo que Dios hizo en el pasado, puede volverlo a hacer a niveles mayores pero manteniendo su esencia porque Dios es cíclico y también obra por medio de la expectativa en las cosas que prepara de manera misteriosa, que nadie ha visto ni oído, algo que nuestra humanidad no podría esperar o imaginar.
Pero para una gloria mayor, debe haber primero una fe mayor que esté dispuesta a creer por nuevos niveles de gloria de parte del cielo, por eso hay que estar dispuestos a un constante cambio que nos haga crecer en Dios y en la fe.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” – Hebreos 11:1 (RV1960).
Cuando hay una fe que espera en Dios, las cosas que sucedan para hacernos flaquear o desistir no nos afectan, porque caminamos confiados que el Señor nos lleva a nuevos tiempos y nuevas sazones.
“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” – Hebreos 11:3 (RV1960).
La palabra de Dios es el canal verdadero para caminar en fe sobre las promesas que Dios irá cumpliendo a su tiempo, es la luz que alumbra nuestros pasos y la guía hacia el propósito del cielo sobre nuestras vidas. Esa palabra, ese verbo es Jesús, si transitamos de la mano con Él, no hay nada que temer de lo que pueda venir.
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” – Juan 1:14 (RV1960).
Quita tu mirada del mundo, y atrévete a caminar en fe mirando a Cristo, el autor y consumador de nuestra fe, Él es nuestra estabilidad y nuestra esperanza.
“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” – Hebreos 12:2 (RV1960).
Tener y desarrollar la fe no es posible con la mente o entendimiento humano, solo es posible para aquel que ha nacido de nuevo y entiende que ya no es un ser que se guía por el conocimiento humano para entender las cosas, sino que ya no trata de entender lo que Dios hace porque su fe y confianza están puestas en Él, porque Él es bueno.
La fe no es un concepto, no es una metodología, no es historia, no es un libro y tampoco una serie de pasos a seguir, la fe es un espíritu que se mueve constantemente a un ritmo de milagros que Dios da, yendo de gloria en gloria.
“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él” – 1 Corintios 6:17 (RV1960).
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” – 2 Corintios 4:13 (RV1960).
Siendo la fe un espíritu, no se entiende, sino que se toma, se capta y se ejerce.
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” – Mateo 17:20 (RV1960).
Para desarrollar una fe mayor es necesario conectar con quienes tengan ese mismo espíritu, heredarlo y comenzar a caminar en Él, y eso solo es posible cuando Jesús une la palabra y la fe en un solo espíritu por medio de una relación profunda con Él.
“de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra” – Efesios 1:10 (RV1960).
Una vez que puedas aprender y entender estos principios, tu relación con Jesús se profundiza y te unes a Él, eres preparado para la dispensación de lo nuevo que Dios ha preparado, y ya no importa nada más.
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” – 2 Corintios 4:13 (RV1960).
Una fe alineada a Jesús habla y se expresa de las cosas que no son como si fueran, porque ya su espíritu sabe que Dios puede hacerlo posible.
Habla lo que crees y cree lo que hablas, porque un solo espíritu eres con Cristo Jesús.