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Aquí Somos Valientes
Pastor Javier Bertucci
Domingo 24 de Septiembre de 2023.
Lo que es de Dios permanece, y no hay nada que pueda en contra lo que Dios hace.
La iglesia es un lugar donde están las personas valientes, y en Apocalipsis se explica muy bien que aquellos que son cobardes no entrarán al cielo.
“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” – Apocalipsis 21:8 (RV 1960).
Y Dios, no es Dios de cobardes sino Dios de Valientes, el mejor ejemplo de valentía es el propio Jesús, quien dejó todo en el cielo y vino a tener una muerte terrible por la humanidad entera, mismos que lo crucificaron y lo negaron, además de haberlos perdonado y estar constantemente intercediendo al Padre por cada uno de ellos.
Varias de las cualidades del cristiano es ser valiente y ser de los que no retroceden, sino que son aquellos que avanzar para la preservación del alma. Por lo tanto, no es cristiano aquel que es religioso sino quien tiene una actitud diferente a los demás en medio de las circunstancias, declarando y creyendo lo mejor además de pelear por lo mejor.
La fe no es algo inesperado sino un estilo de vida, además de que no es física, sino que es espíritu, porque no es algo de lo que haya que hablar sino de lo que hay que demostrar
“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” – Santiago 2:26 (RV 1960).
La fe del cristiano debe tener obras correspondientes a lo que declara que tiene o a lo que es, por lo tanto, la fe es un estilo de vida que permite mostrar a un Dios superior a cualquier otro que dicen tener los demás. Por tanto, ser cristiano es tener el coraje de luchar por otros dejan de hacerlo, y responder a un nivel superior de lo que otro lo haría en determinadas circunstancias, por ejemplo, el perdón a corazón abierto.
Es esa misma falta de perdón lo que debería preocupar a la iglesia por la manera en que están ejerciendo o no ejerciendo la fe y creyendo en un Dios que provee de un gozo que no tiene igual. Dos maneras hay de que la fe pueda vivir en una persona, por herencia como en el caso generacional de Timoteo, o de tener herencia de fe a través del espíritu, lo que determina que todo cristiano debe tener fe.
“Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob” – Génesis 50:24 (RV 1960).
La fe, hace y permite que se desarrolle en el cristiano una confianza en Dios por el cumplimiento de sus promesas en un tiempo, pero todo aquel que no cree, se acobarda y siempre será de la misma forma en la que teme.
Es la valentía la que hace que el cristiano se diferencie del resto, ya que en las circunstancias ve soluciones donde hay problemas, y eso es lo que le permite conquistar y tener victoria.
La conquista de los valientes no se halla por medio de las ceremonias, sino por medio del amor y de la confianza en el plan de Dios, luchando, creyendo y peleando por recibir las promesas del Señor. Por eso, la practicidad es una de las características de un conquistador.
“Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio” – Deuteronomio 11.24 (RV 1960).
Dios está haciendo algo que usted no sabe o aun no conoce, pero todo es en base a lo práctica que puede llegar a ser la fe del creyente.
“Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había otro pan sino los panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de la presencia de Jehová, para poner panes calientes el día que aquellos fueron quitados” – 1 Samuel 21:6.
Los verdaderos soñadores no son místicos sino prácticos, por ello el creyente para conquistar a una nación debe tener pasión e ímpetu como sucedió en la iglesia de los Hechos. Por ello es necesario que, con valentía, la iglesia pueda gestar cambios a través de la predicación y exposición del amor de Jesús para que las personas viendo obras y escuchando palabras pueda ser afectada por la fe.
El misticismo ha colocado una barrera entre el mundo y la iglesia, haciendo que muchas personas que han sido impactadas por el amor de Jesús sean desplazadas por las doctrinas impuestas por los hombres. La iglesia debe entender que hay que dejar el trabajo de arrepentimiento y conversión al Espíritu Santo de Dios a través de cada persona que predica el Evangelio.
La mayor llenura del Espíritu Santo la manifiesta quien predica a Jesús, por eso cada creyente debe ser un reflejo de Jesús cuando predica y comparte Su amor con otros. El mundo hoy necesita revolucionadores de la fe que sean prácticos, para convertirse en los que creen y hacen para ver resultados.
No estamos para criticar sino para salvar.
Dios hace grande a quien siendo pequeño e insignificante cree en Él y sueña con Sus palabras, aquellos que se esfuerzan por Él y que saben que Dios es todo en la vida, y que como es pasajera debe aprovecharla al máximo por su bien y el de los suyos.
Cuando hay practicidad en las iglesias, no hay espacio para las quejas ni para los juicios a otros, sino que hay más oportunidades de poder compartir el Evangelio y ser el portador de las Buenas Nuevas. Es el mismo Evangelio, un sinónimo de practicidad, debido a que allí existe libertad para Dios a través de Jesús y el Espíritu Santo puedan hacer una obra redentora en las personas.
No debemos permitir que el misticismo aparte a los cristianos de las cosas que saben que pueden transformar con el poder del Evangelio, ya que con Dios existe el poder de afectar y cambiarlo todo, eso es la practicidad que se debe ver hoy en cada creyente.
No es el tiempo de seguir arrepintiéndonos de cosas que ya pasaron, sino el comienzo de un esfuerzo constante para cambiar tu futuro, debe existir una grandeza para perdonar y dejar ir y así, poder recibir la grandeza del futuro que a través de esa acción comenzó a construir, por eso la fe es solo para los valientes, porque cada acción exige un nivel de esfuerzo como nunca antes.
Dios no puede hacer nada con quienes están estancados en el dolor del pasado, por eso es mejor soltar todo lo que le aqueja para poder avanzar hacia el plan que Dios tiene para su vida, y en todo ello resalta la practicidad de la fe en Cristo.
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” – Josué 1:9 (RV 1960).
Dios puede transformar a quienes hoy lloran y temen en conquistadores de naciones enteras si solo se deciden a avanzar y ser prácticos. Anímate a creer que en Dios eres capaz de alcanzar todo lo que sueñas.
La victoria no es del que gana, la victoria es que del fracasa y se levanta. Atrévete a escribir tu propia historia y que todos conozcan como es que peleaste, luchaste, te esforzaste y hasta te equivocaste para alcanzar todo por medio de la fe. Dios no llama los mejores, sino que escoge a quien es valiente para hacer y lograr cosas a pesar de equivocarse o no ser perfecto.
Quienes logran las metas no son aquellos que lo intentan una vez sino esos que lo intentan hasta lograrlo, aquellos que con gallardía y atrevimiento se atreven a llegar hasta donde otros no lo hicieron, y aun a pesar de las críticas se mantienen, y Dios cuenta con ese tipo de personas.
Aun en medio de condiciones no favorables que pueden hacer que cualquier persona sienta temor, Dios usa y bendice más a aquellos que a pesar de eso, no se limitan y son valientes, sabiendo que, al tiempo del Señor, Su obra ya se habrá manifestado en ella.
Dios necesita valientes que estén al frente, aquellos que no confían en talentos o habilidades, o simplemente los que no tienen ninguna, porque son esos los que se deciden a cambiar para ver algo mejor y distinto de parte de Dios.
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” – Apocalipsis 3:11 (RV 1960).
Aprovecha este tiempo para mantener la confianza en Dios, para seguir luchando a pesar de las dificultades y quienes han sido valientes a pesar de las muchas cosas que puedan acontecer.
Dios está demandando ahora que Su Iglesia sea valiente con su fe en todo lugar y sin el temor al que dirán, y que en ese mismo espíritu puedan compartir de sus grandes conquistas con otros. Los valientes van a la conquista no para retener sino para dar.
Son los actos de humildad los que definen la grandeza de una persona, y son ellos a quien el Señor escoge, no por ser perfectos sino valientes.
La Iglesia debe entender y aprender a ser respetuosos con otros y con sus propios hermanos, visualizando las grandezas de otros, aunque ambos sean completamente diferentes. Valiente no es denigrar a otro, sino conocer y respetarle por sus avances y logros, porque ninguno es perfecto.
Quienes tiene ese espíritu de valentía y lo dan a demostrar, no necesitan que otros lo reconozcan porque en sí mismo sabe quien es y que es capaz de hacer a pesar de sus errores o fallas y teniendo a Dios como la fuente de excelencia y poder.
No importa cuanto luches para no cumplir con lo que Dios te ha mandado por temor, Dios lo va a cumplir porque Él es Dios, y pesar de todas las imperfecciones, eso no es una limitante para que el Señor te deje de amar y cumpla en ti lo que Él ya determinó que iba a hacer. Dios no desecha a nadie, Dios ama, levanta limpia y restaura a quienes han caído y reconocen que necesitan de Él para poder levantarse y continuar.
Ese mismo testimonio de haber dejado todo atrás, caminar y cumplir con lo que Dios quiere lleno de valentía es lo que impactará vidas que quieran seguir a Jesús.
Los valientes que Dios ha llamado y levantado en este tiempo son los que el país necesita para provocar un cambio a través de la fe en Jesús.