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Cree en su bondad y serás sano

Pastor Francisco Barrios

Martes 08-03-2022

 

 

Mateo 17:20: “Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.”

Todos enfrentamos situaciones en las que nos preguntamos: ¿tendré la fe suficiente para vencer esto? El asunto es que todos tenemos fe para alcanzar cualquier victoria, pero el diablo trata de hacernos creer que nuestro nivel de fe es insuficiente. Jesús habló de que la cantidad de fe suficiente para tener un milagro, es equivalente a un grano de mostaza; esto quiere decir que con un poco de fe podemos derribar grandes montañas.

Fe es tener un buen concepto de Dios, porque cuando nos ocurren cosas malas, ella nos recuerda que Dios es bueno y nos ama. La religión nos enseña que pongamos nuestra fe en los actos de justicia y no en el sacrificio de Cristo, el problema de esto es que nunca tendremos suficientes para que realmente den validez a nuestra fe.

2 Corintios: 10:4-5: “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”

Salmos 3:1-3: “¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios, mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.”

La verdadera guerra se lucha en nuestra mente, porque el diablo siempre intentará tergiversar la Palabra de Dios, él intentará generar argumentos contrarios a la obediencia de Cristo. La religión nos hará sentir culpables por lo que nos ocurre, y nos venderá la idea que de nuestro pecado nos impide acceder al trono de Dios; aunque la Biblia lo llama trono de gracia, ya que, por la gracia, las puertas a su presencia están constantemente abiertas (Hebreos 4:6).

David fue un hombre muy perseguido, un rey que libró muchas batallas para el pueblo de Israel y que tuvo muchas adversidades, pero nunca dudó que Dios es bueno. Observamos en libro de Salmos como David constantemente recalcaba la bondad de un Dios que siempre acudía a ayudarlo.

Salmos 25:10:11: “Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios. Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es grande.”

Las revelaciones que David tenía del amor de Cristo eran muy profundas. Él reconocía que sus pecados eran grandes, pero confiaba que el amor y la bondad de Dios eran más grandes. Debemos basar nuestra fe en lo que Dios es, y no en nuestras propias obras. No se nos exige una cantidad o nivel de fe para obtener nuestro milagro, solo tenemos que creer para que todo sea posible.