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Cuando el breve momento llega

Pastora Rebeca de Bertucci

Martes 16-03-2021

 

Isaías 54: 1-4: “Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria”.

En muchas temporadas Dios nos levanta, nos hace crecer y extendernos; estos son momentos felices en el peregrinar cristiano, en el que sentimos que estamos llegando al éxito que Dios quiere que tengamos y vemos cómo Él nos sube de nivel, sin embargo, muchas veces en el tiempo de éxito, es cuando llega la aflicción.

Isaías 54:7: “Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias”.

En muchos momentos de nuestra vida vivimos la exaltación de Dios, y no esperamos que cuando estamos viendo su gloria y nuestras oraciones cumplirse, llegue el problema a enfrentarnos, porque todos queremos los días de gloria, pero no los breves momentos de prueba. Aunque, es luego de ese momento de dolor que viene la gloria, y es en ese tiempo cuando se prueba nuestro carácter espiritual.

Al estar en el proceso podemos llegar a sentirnos que el Cielo nos abandonó, que estamos solos en esa pelea, pero solamente conocer quién es nuestro Dios nos puede mantener en los breves tiempos de dolor; saber que Él es la roca que nos sostiene, incluso cuando no lo sentimos, conocerlo nos impulsa a pelear. La Biblia describe que fueron bienaventurados los que no vieron y creyeron (Juan 20:29), así que debemos seguir luchando aún cuando no vemos a Dios en la dificultad.

Lo que debemos entender es que, mientras atravesamos el momento de conflicto, la actitud que tomamos en el corazón va a ser la que acorte o alargue el tiempo en que ese problema permanecerá en nuestra vida. Si caemos en la desesperación y en la queja, esa prueba ya no será breve. Un hombre y una mujer que conocen a su Dios saben que la dificultad enseña que no podemos quitar la mirada de Dios cuando estamos en medio de la dificultad.

Los breves momentos vendrán muchas veces a nuestra vida y los pensamientos de abandono nos atacarán, sin embargo, no podemos darle importancia a lo que nuestra mente piense y nuestra carne sienta, debemos mantenernos confiados en la voluntad de Dios mientras atravesamos los valles de sombra y de muerte, porque esos ellos nos forman el carácter y nos dan estructura espiritual. Lo grande de nuestra persecución nos anuncia la venida de milagros de igual magnitud.

No desmayemos en esos breves momentos, no caigamos en el pensamiento de injusticia al creer que le hemos dado mucho a Dios y por eso no merecemos los problemas. Un cristiano plantado en la roca inconmovible puede inclinarse por los fuertes vientos, pero no será desarraigado, sino que tendrá un corazón fuerte ante la dificultad, porque solo por eso Dios permite que atravesemos por la aflicción, para formar un corazón fuerte.

Isaías 54: 8,11,13-15,17: “Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor. Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos. Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.

Si nuestra actitud en el breve momento debe ser confiar en el propósito de Dios y pedir su ayuda en medio de la debilidad, agradaremos tanto el corazón de Dios, que Él vendrá a nosotros en pronto auxilio, el momento de dificultad se acortará, seremos levantados de nuestro dolor, nos harán justicia de nuestros adversarios y ningún plan contra nosotros prosperará. Y podremos ver que incluso después de ese breve momento, la gloria que experimentamos ahora es mucho mayor a la anterior, debido a que ahora somos más fuertes en Cristo Jesús.