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Ejerciendo autoridad espiritual

(Martes 07-07-2020)
Pastor Yobany Blanco

Muchos creyentes no obtienen la victoria ante las adversidades, y se debe a que no oran con autoridad, ni conocen el poder delegado que tenemos para que todo aquello que oremos, pero que también accionemos, podamos vencerlo. Hay muchos enemigos de nuestra fe, de nuestro avance y de nuestra victoria, y debemos conocer el fundamento de la Palabra, para que cuando oremos y accionemos, lo hagamos basados en los principios de la Palabra de Dios.

Lucas 10:1, 17-20: “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están inscritos en los cielos.”

La autoridad espiritual no es algo que nace en nosotros, es delegada por Jesús.

Hemos sido enviados en la autoridad del Reino de los cielos, representamos un Reino de poder, de gobierno y de dominio, donde nuestro Dios es el soberano sobre las naciones. Así que, cuando el Señor Jesús empezó a entrenar a todos sus discípulos, les dio órdenes de ir a todo lugar y llevar el Reino de Dios.

Todo lo que acontece en el mundo natural, viene de un principio espiritual, quiere decir, que si estamos viviendo en las naciones de la Tierra esta situación de pandemia, no podemos analizarlo como un virus natural, debemos saber que lo que busca el enemigo con estos acontecimientos, no es solo generar circunstancias económicas, anda persiguiendo algo más alto, por eso, nosotros que entendemos el principio de autoridad espiritual, empezamos a comprender qué hay detrás de los problemas. Detrás de esta pandemia hay un ataque netamente espiritual contra la Iglesia de Jesucristo, y hacia el Reino de Dios que cada vez toma más territorio sobre la tierra, y satanás le teme a eso.

Los creyentes somos enviados por el Reino de Dios, como mensajeros, para ejercer autoridad y echar fuera todo espíritu por medio de la oración, de la Palabra de Dios, a través del poder del Espíritu Santo, y bajo una unción de autoridad en el nombre de Jesús, para de esta forma, desalojar los espíritus que traen muerte. Hoy estamos viviendo en una sociedad que se deteriora en sus valores, y las circunstancias que se viven, a algunos les ha sacado lo mejor, pero a otros lo peor; quien no ora y no le pide a Dios que le revele la autoridad espiritual, siempre mirará como culpable a otro ser humano.

Lo primero que perdió satanás, fue estar bajo el principio de autoridad, se reveló contra ella, y se convirtió en alguien desleal y orgulloso, por lo que fue expulsado del Reino de los cielos, y llegó a la tierra tratando de ejercer un reino y un dominio; ahora, debemos entender que no podemos caer en las provocaciones del enemigo. El pueblo de Dios debe aprender a estar bajo autoridad, en humildad, obediencia y en amor los unos por los otros, si algo debemos pedir al Reino de Dios, es que se manifieste dentro de nosotros un profundo amor, una unidad perfecta, porque cuando el enemigo nos divide, logra que nos retraigamos, retrocedamos y así perdamos territorio, pero algo sucede cuando el pueblo de Dios se levanta y le pide a su Creador que lo revista de autoridad para sacar a los enemigos del Reino de Dios.

Autoridad es el derecho legal que tenemos de actuar como Dios. Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a su imagen y a su semejanza, en ese momento le dio un derecho legal de actuar en una autoridad como Él la tenía sobre su Reino, después de crear a Adán y a Eva a su imagen y semejanza, Dios le dio autoridad y dominio (Génesis 1:26). Cuando conocemos los principios de la Palabra de Dios, no nos dejamos dominar por la ira, la queja, la tristeza, la amargura, ni por ningún síntoma de enfermedad, porque estamos bajo la autoridad de un rey que está por encima de todas las cosas, y nos ha dado poder para ejercer dominio sobre lo que quiere impedir nuestro avance espiritual. Dios nos dio un poder para hablar y actuar como Él.

Los problemas y adversidades no se marcharán a menos que le digamos que se vayan y que los llamemos por su nombre, si hay algo que está trayendo ruina, miseria, corrupción, problemas y escasez a un país, hay que identificarlo por el nombre espiritual y echarlo fuera tomando la autoridad como hijos de Dios, debido a que tenemos el derecho legal para ejercer el poder milagroso de Dios.

Llegó la hora de que se levante un Iglesia vestida de autoridad, acompañada del poder milagroso de Dios. Autoridad espiritual es ejercer violencia espiritual para tomar posesión de un territorio; hay cosas que nos pertenecen, que nos han sido entregadas, pero por falta de imagen y de ejercer dominio, no las podemos echar fuera. Debemos identificar lo que hay en nuestra vida y es ilegal, porque Cristo ganó para nosotros en la Cruz del Calvario todas las bendiciones, las riquezas de la vida espiritual y natural nos han sido entregadas, pero si no ejercemos violencia espiritual, tomamos nuestro derecho legal y lo ejercemos en el nombre de Jesús, no lo lograremos. Necesitamos una Iglesia vestida de dominio, de la llenura del Espíritu Santo, en amor y unidad.

El enemigo quiere cerrarnos la posibilidad de que nos congreguemos, porque hay un poder en el acuerdo, en adorar a Dios juntos, y si es nuestro derecho legal, debemos reclamarlo. Dios nos dio la estrategia para ejercer la autoridad espiritual, Él dijo: “todo lo que ores en la tierra en el nombre de Jesús, les será hecho en el cielo” (Mateo 16:19). Cuando empezamos a ejercer nuestro derecho legal como hijos de Dios, el enemigo se tiene que ir, y venir el poder de Dios.

Jesús vino a deshacer las obras del enemigo, Él andaba en la tierra vestido de autoridad, y para nosotros poder ejercer esa autoridad, debemos vestirnos de ella. Dios ungió a Jesús con el Espirítu Santo y con poder para dos principios espirituales: para que anduviese haciendo el bien a las personas que andaban atadas por el enemigo, y para deshacer las obras de satanás como lo es el pecado, la muerte y la enfermedad.

El mayor nivel de opresión que sucede en la vida de una persona, viene por la falta de revelación de la autoridad de Cristo en su vida. En las áreas que no vemos que hay un avance espiritual, y sentimos que los cielos están cerrados, es porque hay una opresión espiritual, y se debe a que en esa área nos falta revelación de la autoridad, de la victoria de Cristo, y del poder de cómo Jesús derribó a Satanás y le quitó la autoridad sobre nuestras vidas.

Cristo vino no solo a perdonar nuestros pecados, sino a devolvernos la autoridad, el dominio y el liderazgo que tenemos los hijos nacidos de Dios, para que esta tierra pueda tener justicia, paz, gozo, salud, abundancia, unidad, prosperidad y bendición.

La autoridad espiritual no tiene que ver con misticismo, se ejerce desde una imagen de conexión con nuestro Señor, desde una pureza del corazón y de estar bajo autoridad, es más una condición de estar en santidad con Dios, alineados a sus principios, que los gritos de podamos dar. Satanás sabe que le queda poco tiempo sobre la tierra y que un día Jesús se levantará con su Iglesia gloriosa, y el quedará para siempre bajo prisiones de oscuridad.

Efesios 6:10-13: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firme contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Tenemos que usar nuestras armas espirituales para que venga el Reino de Dios y haya una apertura de la bendición. El día malo pasará, pero nosotros quedaremos firmes y nuestra casa no caerá. Quienes entiendan y caminen en los principios de Dios, saldrán mejores y aprobados de la prueba. Nadie sale del foso de los leones, para quedarse en el mismo lugar en el que estaba. La sabiduría de Dios hará que lo que el diablo envió como maldición, Dios lo use para bendición.

Que nuestro corazón se mantenga en humildad y obediencia como el de nuestro Señor Jesucristo, para que entonces podamos hacer retroceder a los enemigos de nuestra fe. Lo sobrenatural actúa sobre aquellos que se atreven a hacer cosas totalmente diferentes a lo que está haciendo el mundo, no nos dejemos acorralar, debemos levantarnos con poder.