Project Description

El escenario para un milagro es lo imposible

Líder Rolando Quintero y Gabriela Estrella

Martes 10-08-2021

La imposibilidad tiene que ver con la mente humana que no alcanza a comprender cómo Dios va hacer algo, y muchas veces, esa imposibilidad puede paralizarnos o anular nuestra fe, sin embargo, es allí cuando más debemos actuar en fe para poder recibir lo que esperamos.

En ocasiones, oramos con miedo y duda, y pedimos la ayuda de Dios desde la incredulidad, no siendo capaces de generar acciones correspondientes a favor de nuestra petición. Dios espera que contribuyamos para apresurar su bendición en nuestra vida.

Gabriela Estrella

Es importante entender que existen tiempos propicios para recibir nuestro milagro, y que también vivimos situaciones que nos acorralan, llevándonos a creer que todo es imposible. Es necesario salir, por medio de la Palabra de Dios, de la perspectiva de la imposibilidad, para colocarnos en la posición correcta y así recibir nuestro milagro.

Si deseamos ver a Dios actuar a nuestro favor, debemos tener en cuenta que lo principal es tomar una posición de autoridad. Solemos esperar respuestas rápidas a nuestras oraciones, pero no todo el tiempo es así, y es porque nos colocamos en una posición incorrecta. Debemos comprender que todo se trata del poder de Jesús, y que Él responde de acuerdo a la demanda que tengamos en el corazón.

Líder Rolando Quintero

1 Reyes 19:2,3,9: “Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu vida como la vida de uno de ellos. Él tuvo miedo, y se levantó y se fue para salvar su vida; y vino a Beerseba de Judá y dejó allí a su criado. Allí entró en una cueva y pasó en ella la noche; y he aquí, vino a él la palabra del Señor, y Él le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?”

El profeta Elías huyó de la sentencia de muerte que había sobre él, y aunque venía de alcanzar la victoria en una gran batalla, fue a esconderse en una cueva.

Existen sentencias que llegan para intimidar nuestra fe, para debilitarla y estancarla. El profeta, en aquel estado de miedo, recibe la visita de Dios que lo impulsa a salir de la cueva. Dios es tan bueno que visitó a Elías tres veces para darle valor y ayudarlo a salir de la cueva en la que él mismo, por miedo, se había metido. Dios no quiere vernos encerrados por el miedo, Él cree en nosotros, está seguro de que podemos acelerar la bendición en nuestra vida por medio del accionar en la palabra.

Gabriela Estrella

En nuestro accionar debemos tener una actitud de determinación, en la que es necesario esperar en esperanza contra esperanza; en estos momentos debemos tener presente que por encima de todo pronóstico se encuentra el poder de Dios, el cual actúa a nuestro favor. La manera en que Dios corresponde a nuestra fe, no es por medio de lo que nosotros como hombres podemos propiciar, es de acuerdo a su infinito poder. Dios responde a nuestra fe porque se trata de Él.

Es importante empezar a orar desde la certeza de que Dios nos dará la victoria; si oramos por un milagro desde la duda o la incredulidad, nuestra fe será anulada. Dios tiene el poder de responder a nuestros anhelos, pero nosotros tenemos la responsabilidad de creer por encima de cualquier imposibilidad, como la mujer del flujo de sangre que creyó que Jesús podía sanarla a pesar de haber vivido doce años con aquella enfermedad (Lucas 8:43-48).

Líder Rolando Quintero

Hay algunas peticiones que dejamos de lado por causa de no ver la respuesta, sin embargo, solo están esperando que nuestra fe y acción la resuciten, así como Jesús revivió la hija de Jairo (Lucas 8:49-50). Todos pensaban que la hija de este hombre había muerto, pero Jesús dijo que estaba dormida. Las peticiones que presentamos ante Dios solo duermen, están a la espera de que accionemos en fe, para ser resucitadas en gloria.

Hay oraciones que provocan que Dios voltee su mirada hacia nosotros, por eso no se trata de nuestra capacidad, se trata de que creamos y oremos con fe, para así poder activar lo sobrenatural de Dios. Él conoce nuestras limitaciones, y por eso, solo nos pide que accionemos para acelerar Su respuesta.