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El honor de servir
Pastor Javier Bertucci, 06 de noviembre de 2024
Dios nos ha dado un honor muy grande de servir en la Tierra en distintas áreas y en situaciones en las que otros no pueden, desde el trabajo más sencillo y humilde para el Reino hasta los que representan más dificultad, son un regalo que el Señor le dio a los seres humanos.
“Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor” – Mateo 20:26 (RV1960).
Ser cristiano es ser diferente, con un sistema de valores y creencias que te distinguen del resto, ser hijo de Dios es una marca que te hace destacar de lo común.
Ser grande en el Reino de Dios no es cuanta gente está a tu servicio, sino a cuántos tu mismo eres capaz de servir, porque algo que debes tener en claro que no le sirves a Dios por alguna posición importante sino para agradar Su corazón.
El mayor regalo que te puede brindar el servir a Dios es que el mismo Padre abre puertas para ti que nunca imaginaste y te libra de cosas que podrían dañarte, Dios conoce y Dios sabe lo que con amor haces para Él, y hay promesas que te aguardan en Él.
Y jamás, la oportunidad de servir debe ser manipulada para atacar o menospreciar a otros, el deber del cristiano debe ser servir tal cual como lo hizo Jesús, porque Él destaca nuestras habilidades y perdona todos nuestros errores.
El objetivo de tu servicio es para gloria y honra a Dios.
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” – Colosenses 3:17 (RV1960).
Muchos quieren servir a Dios, pero no todos tienen ese privilegio, porque tu dignidad como servidor no proviene de tu área de servicio sino a quien le sirves, que es a Dios. Y cuando entiendes este principio, no importa en que área estés, querrás servirle al Señor con todo tu corazón.
Conservando un corazón humilde y centrado en servir a Dios, eso mismo traerá promoción a tu vida y a tu servicio, habrán momentos en los que aparezcan las oportunidades para servir, pero otras tienes que buscarlas, muchas veces de lo que nadie quiere, y de allí sale tu bendición.