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El nacimiento y reinado del Señor Jesús

(Viernes 08-11-2019)
Pastor Javier Bertucci

El profeta Isaías supo del nacimiento de Jesús aproximadamente 3000 años antes de que ocurriera este gran suceso universal. Con respecto a esto, creo que se ha perdido la esencia de lo que es la Navidad. Esta no es un tiempo para que compremos estrenos, comamos uvas o vistamos de un color determinado. Lo que debe celebrarse en Navidad es el nacimiento del Salvador y Redentor del Universo, del Cordero que quita el pecado del mundo, del Sumo Sacerdote, del Hijo de Dios, de nuestro hermano mayor, y como Dios mismo lo dice, el Primogénito entre todos sus hermanos. Es muy delicado que la fe cristiana se permita perder, no solamente su valor, sino la esencia de por qué celebramos la esta fecha. Así que, a partir de hoy, celebramos el nacimiento de nuestro Salvador. Si Jesús no hubiese nacido, no hubiese muerto, y si no hubiese muerto, no hubiese resucitado, y no tuviésemos un intercesor a la diestra del Padre, quien nos ayuda cada día en cada dificultad que se nos presenta en esta vida.

Isaías 9: 1-7: “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

El asunto del nacimiento de Jesús es, sin lugar a dudas, la terminación de un ciclo de oscuridad. Podríamos decir que en este país estamos a punto de que la oscuridad se vaya y venga la luz del Cielo. Creo que este país no ha estado en angustia como lo está hoy. La Palabra de Dios está vigente, y por la eternidad lo estará; así que, el que está en oscuridad no estará para siempre en esa angustia, porque vienen días mejores y Jesús es el fin de todo problema.

No debemos acostumbrarnos a estar en tinieblas y en angustia, porque si creemos en un cambio, debemos esperarlo cada día. Vivimos en angustia y oscuridad hasta el día en que la revelación de que vienen días mejores nos llega, porque aunque hoy se vea mal, sabemos que mañana saldrá mejor. Nuestra Biblia dice que nuestro Dios llama las cosas que no son como si fuesen (Romanos 4:17). La circunstancia puede ser la misma, pero cambia de acuerdo de cómo habla quien la ve, todo depende con qué ojos estemos viendo el problema, si lo vemos con los ojos de la fe, le daremos fecha de caducidad a ese problema, porque nuestra boca y ojos lo van a anunciar. Todo lo que Job temió (Job 3:25), le vino, así que dejemos de temer y miremos con fe, es mejor creer que temer.

Si Dios una vez liberó a la humanidad del pecado y de la muerte, ¿no liberará a Venezuela con su mismo Hijo Jesús? ¡Dios va a traer liberación a Venezuela a su forma! Para todo lo que ocurre en Venezuela ¡Jesús es la solución y Él es suficiente! Hoy debo anunciarles que vamos caminando hacia la salida, vamos caminando hacia el final del túnel. Este país va caminando hacia el cambio y ese cambio viene de la mano de Dios y va a traer prosperidad, paz y desarrollo a este país. Esta tierra se va a convertir en la potencia del hemisferio occidental y de Latinoamérica, y le vamos a decir a todos que ¡con Jesús todo es posible!