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El poder de la oración para revertir la injusticia

Pastor Francisco Barrios

Ayuno Nacional

Sábado 29-01-2022

Lucas 18:1-8: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”

La vida está llena de situaciones injustas que requieren de una oración con el enfoque de la mente y el peso del espíritu, de un clamor constante y determinado que no es cambiado hasta que no ve la justicia. Nos cuesta comprender el por qué vivimos circunstancias injustas, y solemos generar ataduras, debido a que nos cuesta confiar después de experimentar algo así, aunque Jesús nos dejó una forma de revertir las injusticias, y es la oración perseverante.

La oración puede generar un circulo de protección sobre nuestra familia contra la pobreza, el abandono, la soledad y el rencor, ella tiene el poder de desarraigar cualquier consecuencia producida por la injusticia. Con Jesús tenemos promesas para nuestras vidas, pero para alcanzarlas debemos vivir un tiempo de proceso, y mientras lo atravesamos, es la fe la que impulsa nuestra oración.

No podemos desanimarnos en la oración porque vemos que solo nos ocurren injusticias, porque el clamor constante que es impulsado por la fe y no se detiene en el tiempo, siempre va a ver milagros. La manera de evitar que nuestro corazón se dañe por tanto dolor, es la intimidad con Cristo, porque en Él encontramos reposo y nuestra fe es reanimada para continuar en la oración.

Muchas veces, lo que nos sucede contradice la promesa de Dios. David fue llamado para que un día fuera rey de Israel, pero desde que lo llamaron a los 14 años hasta que llegó al reinado pasaron muchos años, y en todos esos años experimentó muchas injusticias que quedaron relatadas en la Biblia, y la única forma en que David luchaba para revertir todas las injusticias era por medio de la oración, fue así como David escribe el libro de los Salmos.

Debemos permanecer orando mientras vivimos injusticias, porque mientras somos víctimas de adversidades Jesús nos está procesando, y por medio de Él estamos siendo fortalecidos; Dios es experto en cambiar circunstancias dolorosas en algo provechoso, así hizo con David, quien por medio de su proceso se volvió misericordioso con los que viven injusticia.

Puede que nuestro país este encerrado en una situación de injusticia, pero si la Iglesia ora permanente y constantemente, veremos la mano de Dios sobre cada situación. Dios nos hará justicia, pero tenemos que pelear contra la adversidad, enfocados en revertir todo proceso de injusticia en nuestra vida. Dios nos está preparando para recibir nuestra justicia y llegará producto de la oración constante.