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El tesoro y la vasija

Pastor Francisco Barrios,

12 de diciembre de 2023

 

“Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos” – 2 Corintios 3:4-15 (RV1960).

Nuestro tesoro es Dios, un tesoro que no se compara con lo que ofrezca el mundo.

Nosotros somos la vasija de Dios, somos frágiles e imperfectos, pero amados por un Dios perfecto.

Nuestro poder para lograr la respuesta de una oración no proviene de mi capacidad o moralidad, sino que viene propia y únicamente de Dios, solo el Señor nos puede hacer competentes para cualquier cosa.

Dios nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, pero no el de la ley, sino el que proviene del Espíritu.

La ley mata, pero la manifestación del poder de Dios y su gracia da vida a aquello que estaba muerto, y aunque la ley proviene de Dios, solo sirve para manifestar el pecado y que así sobreabunde la gracia.

No se puede comparar la gloria del ministerio de la ley, con el ministerio del espíritu, que viene del pacto de la gracia.

Lo que la ley ofrece perece, pero lo que viene de la gracia y el espíritu permanece.

Y aunque la ley impone un velo, solo Jesús puede darte la claridad que el velo no te permite y te libera por medio de su palabra para ser transformados.

“Un cambio solo se produce cuando Jesús quita los velos de las personas. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” – 2 Corintios 4:3-7 (RV1960).

Cuando conoces realmente a Jesús, el te revelará una buena imagen de Dios, la cual el velo no te permite ver con claridad.

No confundas los lugares en los que Dios y nosotros debemos estar, pues Él es el tesoro y nosotros la vasija, a quienes escogió con gran amor no por sus capacidades sino por Su grandeza.

El tesoro que es nuestro Dios está en la vasija, que somos nosotros, sin condiciones ni nada más.

No pongas tu mirada en la vasija, sino en el tesoro que es Jesús.

Aunque seamos vasijas imperfectas, Dios no nos ha dejado ni nos ha rechazado, sino que es cuando el Señor más nos cubre con Su gracia.

No es por tu desempeño, es por gracia que Dios ha respondido cada una de tus oraciones.Y aunque no sea el mejor momento de tu vida, el oir lo que Dios te habla por medio de Su palabra, traerá fe a tu corazón de creer que el Señor puede hacer todo posible.

Tu nivel de vasija te permite darle gloria a Dios por todas las bendiciones que acontecen en tu vida.

Seamos de los que restauran a quienes estan heridos y no de quién los apedrea.

Tu merito no te pertenece a ti, sino que es de quién murió por ti y cuando otros vean eso en ti, sabrás que todo ha sido por la gracia de Dios.

Seamos vasijas conscientes de que todo es por la gracia de Dios.

El pacto de la gracia nos hace vivir una vida superior y sin velos que no te permite ver el rostro de Jesús a plenitud.