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Es tiempo de reconstruir

Pastora Rebeca Bertucci, sábado 09 de noviembre de 2024

Para reconstruir la casa de Dios, nosotros debemos reconstruir nuestro templo, a nosotros mismos con ayuda del Señor en nuestro interior, nuestra profundidad espiritual, el fuego del corazón y todo aquello del cielo que te mueve a creer por una gloria mayor.

Tener compromiso con Dios es primero que cualquier otra cosa, es aquel que no busca reconocimiento propio sino agradar el corazón del Padre, aumentando la pasión que arde en nuestros corazones.

Es necesario que para caminar hacia una gloria nueva podamos soltar lo que ya pasó y confiar que lo que nos aguarda de la mano de Dios no se compara a la gloria pasada.

“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” – Hageo 2:9 (RV1960).

No permitas que tu mente se limite a creer que las cosas que Dios hace pueden tener un fin.

La nueva gloria comienza por un cambio interno que te transforma el corazón hasta la actitud y la forma de obrar, y eso solo sucede con una relación profunda con Jesús.

“Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová” – Hageo 1:2-8 (RV1960).

Este es un tiempo definitivo en el que hay que ser sinceros delante de Dios, y dejar de lado toda molestia o rivalidad con tu hermano, abrazando el mismo espíritu de Jesús y siendo uno con Él.

No tengamos apego por lo que hay en la Tierra, concéntrate en amar lo que es del reino de Dios, porque el Señor mismo va a honrar lo que con amor y sacrificio haces por Él.

Hay garantía para quienes aman a Dios de que, si trabaja con amor para su templo, también hay bendición y una nueva gloria que traerá alegría a los corazones y de la cual el Señor se llevará la honra por toda Su bondad.

Tiempos mejores vienen, hay que tener un corazón dispuesto a recibir lo nuevo que viene del cielo.