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Huesos secos, separados y dispersos
Pastor Francisco Barrios, domingo 18 de agosto de 2024
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” – Gálatas 3:29 (RV1960).
En su tiempo, Dios dio una palabra a Su pueblo, la cual por ha de cumplirse como profecía a todos aquellos que son hijos de Dios por medio del sacrificio de Jesús, porque el Señor no es indiferente a lo que acontece con sus hijos, y si Él lo dijo, Él lo cumplirá.
“La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes” – Ezequiel 37:1-3 (RV1960).
Dios es capaz de poder de restaurar todo aquello que creías muerto, puede liberarte de una situación que ha acontecido por muchos años, puede darte un futuro y esperanza de vida nuevas si solo puedes creer que Él lo puede hacer posible.
Muchas veces, las situaciones acontecerán no como planeaste sino como Dios desea que ocurran, y nada más tiene que importarte, sino que la voluntad del Señor acontezca en tu vida, vivir alineados a lo que está en Su corazón, porque Sus planes son mejores que los tuyos.
Lo que Dios tiene preparado para acontecer, será, y nada podrá detenerle.
“Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová” – Ezequiel 37:4-6 (RV1960).
Debido a nuestra descendencia y linaje bendito por la sangre de Jesucristo, todos los planes del Señor con Israel, también nos convierte en herederos de sus promesas, somos parte del pueblo de Dios sin importar en que lugar de la Tierra estemos.
Cada promesa hecha por Dios, Él la va a cumplir, pero es necesario que la confesemos con nuestra boca y que nuestros oídos puedan escuchar las declaraciones de fe para que cada día aumente nuestra fe esperando los milagros del cielo.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” – Romanos 10:17 (RV1960).
Tu corazón debe creer lo que Dios dijo que hará asi tu entorno te quiera guiar a creer lo contrario y verte desvanecer la esperanza.
“Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso” – Ezequiel 37:7 (RV1960).
Presta tu oído a la voz correcta, y las promesas de Dios comenzarán a hacer crecer tu fe.
“Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.” – Joel 2:21-27 (RV1960).
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado” – Joel 2:28-32 (RV1960).
Si antes Dios prometió restaurar lo perdido, revivir lo que estaba seco y dar de su mismo poder para que tenga vida, también lo puede hacer hoy mismo si lo pides con todo tu corazón sobre cualquier situación.
“Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová” – Ezequiel 37 9-14 (RV1960).
Solo Dios tiene el poder revivir y reunificar lo que creías perdido, sea un matrimonio, sea la familia o sea un país completo, solo tienes que creer en su poder.