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Intercambio con la Gracia
Pastor Francisco Barrios,
17 de Septiembre de 2023
El propósito de esta palabra es ver a la Gracia como un concepto sino como una experiencia, y es esa misma gracia la que hace constantes intercambios en lo que el creyente tiene con algo que Dios tiene.
Desde tiempos antiguos han existido los intercambios, y de cierta manera los métodos que se han usado para ellos han evolucionado, con Dios no es muy distinto, si para el mundo hacer un intercambio es ofrecer algo de sumo valor por otro elemento similar, hay quienes ofrecen la oración, el ayuno y hasta el estilo de vida a Dios para conseguir lo que el Señor ha preparado para ellos.
El ser humano no está en condición de exigir a Dios a través de una conducta o la moralidad, sino que debe fomentar en Él la misma forma de vivir de Jesús y no anteponer actitudes para señalar o juzgar a otros.
“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento” – Isaías 64:6 (RV 1960).
Pero, el ser humano debe tener en cuenta que aun sin nada que ofrecer o dar algo que considere de bajo valor, Dios sigue siendo bueno y da conforme Su gracia; por ello, la gracia sigue funcionando cada día en la vida del creyente, que, aunque no tenga algo de alto valor para dar a Dios, la salvación de Jesús y el cuidado del Padre no se limita.
La gracia (Kharis, Xaris, Charis, en griego) permite dar algo de menor valor a alguien que lo tiene todo y así poder construir una relación con él.
“Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” 1 Corintio15:7-10 (RV 1960).
Aunque tú mismo no veas o halles valor en quien eres, en Dios encontrarás todo eso y más, porque Él es Dios, y por gracia (xaris) te ha puesto o te pondrá en lugares que jamás imaginaste.
La gracia de Dios no toma lo mejor de ti para proporcionarte un beneficio, sino que toma lo peor de ti para sacar lo mejor que hay en Dios, y es esta visión la que muchas veces no puede entender la mente humana, que tiene establecida la idea de que para poder estar cerca de Dios hay que ofrecer y dar lo mejor para que Él nos pueda bendecir.
No es cuestión de merecer, es cuestión de recibir de Su bondad, porque la gracia de Dios no actúa como debería sobre aquellos que dan la mejor versión de sí mismos, sino sobre aquellos que aun sabiendo todo lo que les hace no merecedor de ello, se acerca confiadamente al Señor para hallar Su gracia y favor.
La gracia se aplica cuando lo que se da no tiene comparación lo que Dios da.
Pero es esa misma gracia de Dios la que busca aquellos en su peor versión para que el Señor reciba la gloria cuando el resultado sea completamente diferente al del principio.
“y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es” – 1 Corintios 1:28 (RV 1960).
La gracia de Dios está buscando lo peor de cada ser humano para que puedan recibir lo mejor que Él les puede dar y lo que tiene preparado por medio de Jesús, quien hace mejor sus vidas. Todo sucede por causa del amor tan grande que Dios tiene por la humanidad.
Cuando esa misma gracia te lleva a lugares o situaciones en las que hay temor, la obediencia hará que todo lo que el proceso que conlleva la gracia no sea en vano, porque el amor de Dios produce cambios fructíferos y aporta valor en la vida de una persona.
Envuelto y contaminado del pecado, sumérgete en la fuente de agua de vida y la sangre de Cristo limpiará todo para hacer de ti una mejor versión.
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” – 2 Corintios 12:7-9 (RV 1960).
La gracia deja de actuar cuando la persona se enaltece, ya que asegura que por sus propios dones y talentos ha conseguido todo, y eso es una situación de la que el cristiano debe cuidarse para mantenerse humilde agradando a Dios y ser constantemente lleno de la gracia del Padre.
Ten cuidado de colocar tus debilidades en las manos equivocadas, todas ellas estarán seguras en Aquel que provee la fortaleza para superarlas, ya que Dios siempre está buscando esas imperfecciones para que, por medio de Él, todos sean más fuertes y mejores personas.
La gracia de Dios dice “siendo tú tan infiel voy a ser tan Leal siendo tú tan desleal te voy a amar, tanto que no lo mereces, que no vas a poder resistirte a este amor y tanto amor sobre ti te va a comprometer”.
Esa misma gracia de Dios que siempre está buscando hacer un intercambio contigo, en la que no hay que ir delante de él escondiendo y ocultando tus debilidades y tapar tus marcas y heridas del pasado para presentarte delante de Dios, porque Dios te ama tal y como eres.
Dios es experto en sanar las heridas del pasado que causan vergüenza y convertirlas en una señal de honra y de gloria, porque Jesús convirtió lo que era una señal de vergüenza en una señal de honra, de orgullo y de bendición, como la cruz en la que fue crucificado; por eso, aquello que te avergüenza hoy, el Señor lo usará para restauración y como símbolo de Su gloria.
Y aun cuando el enemigo quiso causarle dolor a Dios como venganza por su expulsión del cielo por causa de su rebeldía y orgullo, pero en vez de provocar los resultados que estaba esperando, solo trajo una manifestación más grande de parte del Señor para toda la humanidad a través de Su Hijo Jesús, simplemente no escatimó para poder traer de vuelta a Su presencia a quienes amó desde antes de la fundación del mundo.
La gracia de Dios se manifiesta de muchas maneras, y una de ellas es una vida nueva junto a Él, y por eso, el mejor intercambio es intercambiar una vida corrupta y llena de pecados para que por medio de Su gracia fuera otorgada una vida eterna con Jesús.