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Jesús el pan de vida
Pastor Francisco Barrios
Domingo 10-04-2022
Mateo 7:24-27: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
Hay personas que tienen su fundamento en Dios y otras que no, la enseñanza que Jesús dio fue que ambas van a experimentar momentos de dificultad, pero solo aquellas que tengan buen fundamento van a prevalecer. El mundo actualmente está siendo sacudido por guerras, enfermedades y hambre, pero solo Jesucristo se mantiene estable en medio de todo el caos. Si nos aferramos a Él, no caeremos, a pesar de ver al mundo estremecerse.
Salmo 78:25: “Pan de nobles comió el hombre; les envió comida hasta saciarles.”
Números 21:5: “Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.”
El maná que comía el pueblo de Israel era una simbología de Jesús. La Biblia establece que el maná era pan de fuertes, y esa comida protegió a los israelitas de enfermedades, de animales y de cualquier mal. Sin embargo, ellos despreciaron este pan, anhelaron volver a comer las miserias de los egipcios, esto les causó enfermedades que solo se curaron una vez que volvieron su mirada al mandato de Dios.
Juan 6: 24-27,31-36,40-45,48-51: “Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice este: Del cielo he descendido? Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.”
Jesús explicó que aquellos que toman la Santa Cena permanecen en Él, porque Él es el verdadero pan de vida. Quien toma el cuerpo de Cristo es fortalecido y tiene fundamento firme. Hay quienes le restan importancia a tomar el pan de vida, entrando en religión y perdiendo la revelación de Jesucristo. Esto ocurre porque el diablo quiere desviar nuestra mirada de Jesús y colocarla en las noticias, en pastores o en acciones.
Vivamos con Jesús momentos especiales, porque Él se renueva para con nosotros cada día y tiene cosas increíbles preparadas para nosotros. Hay tanto por conocer de Jesús, Él tiene mucho que enseñarnos, y por eso no podemos convertir en una rutina nuestra intimidad con Él. Jesús tiene el poder de transformar aquello que nos genera angustia, en alegría y paz. Solo tenemos que mantener nuestra mirada fija en el autor y consumador de nuestra fe.