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Jesús es la fuente

Pastor Francisco Barrios

Martes 21-06-2022

 

Como cristianos nuestro enfoque siempre debe permanecer en Jesús, porque solamente cuando mantenemos la fe enfocada en Cristo es que llegamos a alcanzar un milagro. En cambio, cuando enfocamos nuestra atención en los problemas, anclamos nuestra fe en ellos; y la fe tiene la capacidad de afirmarse en el centro de nuestra visión.

Podemos anclar la fe de forma incorrecta, esto ocurre cuando pensamos que nuestra estabilidad viene de un trabajo, una relación o un objeto, lo que nos lleva a orar desde la angustia y desesperación, recordando constantemente lo grande de los problemas. Quien tiene su enfoque en la fuente de todo, puede estar rodeado de problemas, pero reconoce que su único proveedor es Dios.

 Lucas 18:9-14: “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”

Cuando empezamos a depender de las bendiciones que Dios nos da y a colocar la mirada en nosotros mismos, nos desenfocarnos de Jesús, y en el momento en que nos separamos de Él, nos empezamos a hundir. Como humanos tenemos la habilidad de basar la fe en objetos, situaciones económicas o en acciones propias; sin embargo, esto nos aleja de vivir confiando en el Dios a quien hemos decidido seguir.

Cuando oremos hay que revisar el enfoque con que lo estemos haciendo, para que nunca nos presentemos ante Dios con orgullo debido a nuestros méritos. Seamos muy enfáticos en descubrir cuál es la perspectiva que tenemos al orar, prestemos atención del lugar en el que está nuestro corazón al momento de elevar una petición, porque solo un corazón que ora desde la humildad experimentará verdaderos cambios.