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La oración que cambia al mundo
Pastor Javier Bertucci, 05 de mayo de 2024
El mundo natural es el resultado de la manifestación del mundo espiritual.
La oración es el resultado de un alma agradecida, que reconoce quien le salvó, porqué le salvó y porqué cada día tienes vida, así se construye un alma agradecida y dependiente de Dios.
No hay oración sin el respaldo del Espíritu Santo, y ésta no puede ser impuesta sino hecha a través de una invitación.
Por eso, la oración es un tiempo de disfrute con la presencia de Dios y una intimidad con Él.
Mi casa debe ser un lugar de oración.
“Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente” – Lucas 9:29 (RV1960).
La oración tiene el poder de absorber lo natural y transformarlo al mundo espiritual.
Y es que la oración que cambia al mundo, no puede dar resultado sino te cambia a ti primero.
Asimismo, la oración a Dios nos puede revelar las fallas que tengamos para que en pro de ello cambiemos y asi, poder afectar al mundo, pero todo dependiendo de Dios siempre.
No permitamos que los dones, talentos y demás cosas a nuestro favor nos desconecten de la dependencia que debemos desarrollar con Dios por amor.
El desarrollo de una relación Dios, le permite al Padre reconocer a través de tu voz todo lo que quieras decirle, que va más allá de una necesidad o de una petición. Todo con Él se desarrolla con amor y ternura que cambia nuestro corazón y nos motiva a ser mejor cada día para Él.
Si tan fácil es para el ser humano desarrollar una relación profunda con personas o cosas, debería ser mucho más para hablar con Dios cada día, aunque sea solo cinco minutos.
“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes” – Daniel 6:10 (RV1960).
La oración que cambia al mundo no es aquella que cambia con el mundo, no se adapta a nada natural y no afecta en nada una relación entre tu y Dios.
El que vive orando, en el día malo vive cantando, por causa de su relación con Dios no hay miedo de lo que pueda venir.
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” – Mateo 5:14 (RV1960).
No permita que la luz que Dios ha depositado en ti se apague, mantén tu lámpara siempre pasando tiempo de intimidad con Dios.
La oración que cambia al mundo es la que no abandona en el tiempo, la cual no deja de orar sin ver todavía resultado alguno y aunque la situación se haga más difícil.
“Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo” – Juan 9:6-7 (RV1960).
No permitas que el afán de la vida no te deje disfrutar de los milagros que Dios ya ha hecho para ti y sigue haciendo.
Persiste en oración por lo que estás creyendo, porque Dios está obrando a favor a su tiempo verás tu milagro; ser constante en la oración trae lo que estás esperando y quebranta lo que te hace frente.
La oración que cambia al mundo es la que se hace con la seguridad de que algo va a pasar, haciendo que crezca tu expectativa sobre el futuro y milagros.
Es la oración lo que mantiene viva la expectativa y la esperanza de lo que ha de venir a mi vida, porque Él cuida de mí.
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” – Jeremías 33:3 (RV1960).
Debo tener la seguridad de que cada vez de que yo clame a Dios, Él me va a responder.
La oración que cambia al mundo siempre busca cumplir la voluntad de Dios, aunque no siempre sea agradable a mi vida.
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo” – Mateo 26:26 (RV1960).
Por más difícil que sea la voluntad de Dios, la oración nos ayuda a vivir para hacer la voluntad de Dios, con la promesa de que no solamente tu sino los que están a tu alrededor también serán bendecidos.
La voluntad de Dios siempre es la que conviene para todos y no solo para que me beneficie a mí, porque es agradable y perfecta; derriba en oración tu propia voluntad y deja a Dios actuar.
Y siempre la voluntad de Dios siempre traerá la oposición de lo que estás haciendo, porque no entiende lo que el Señor te ha mandado a hacer.
Comprométete con Dios a cambiar tu vida de la mano de Él en oración y así, verás cambiar al mundo entero.