Project Description

La Oración: Una práctica justa

Líder Jonathan Lugo y Rubén Hernández

Martes 07-09-2021

Santiago 5:16: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”.

El tema de la justicia de Dios y un corazón justo, está muy relacionado con la eficiencia de la oración. Un corazón que va delante de Dios estando alineado a su voluntad, pertenece a una persona que práctica la justicia.

Accionar en justicia nos hace poder presentarnos delante del Padre con tranquilidad, esto permite que las oraciones lleguen al Cielo sin ninguna dificultad.

1 Juan 2:1: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.

1 Juan 2:29: “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él”.

Quien práctica la justicia hace una oración justa, siendo esta semejante a la intercesión que hace Jesús por nosotros. Muchas veces, el enemigo intentará atacar nuestra oración haciéndonos creer que no somos lo suficientemente justos como para pedirlas; sin embargo, la Palabra de Dios nos enseña que si solo reconociéramos la justicia de Dios, también seremos llenos de ella.

Rubén Hernández

Salmo 34:15: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”.

Romanos 12:12: “Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración”.

Una persona justa es aquella que vive conforme a la ley de Dios, por eso, cuando oramos, nuestra convicción debe ser que seamos justificados por Él. Debemos recordar que Dios siempre estará atento a lo que piden o hacen los justos; y nuestra oración debe ser constante, porque esa constancia Dios la mira, y genera que vengan las respuestas del Cielo.

Mateo 15:22-28: “Una mujer cananea de las inmediaciones salió a su encuentro, gritando: ¡Señor, ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada. Despídela, porque viene detrás de nosotros gritando. No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel —contestó Jesús. La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó: ¡Señor, ayúdame! Él le respondió: No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros. —Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. —¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija”.

La oración de la mujer cananea fue en ruego por la situación difícil que vivía, e incluso, recibiendo la negativa de parte de Jesús, siguió pidiendo justicia. La fe de esta mujer sorprendió a Jesús, porque ella creía que Dios le haría justicia sin importar su condición. Nuestro Dios no piensa en nuestro estado espiritual para cumplir milagros, Él los cumple porque prometió hacerlo.

Líder Jonathan Lugo

En la historia de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8), notamos la perseverancia de la mujer en la convicción de que ese hombre le podía responder; cuánto más nos debemos acercar a Dios sabiendo que Él es justo por naturaleza, y por ende, nos responderá. Cuando oramos estamos haciendo una práctica de justicia.

1 Juan 3:12: “No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas”.

La oración justa levanta la voluntad de Dios para hacer justicia. Cuando prácticamos la justicia, podemos levantar el sistema de este mundo en nuestra contra, y en ese momento, debemos perseverar para ver las respuestas a nuestras oraciones.

Rubén Hernández

Jeremías 33:3: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”.

Una persona es justa no por lo mucho que de, sino porque su corazón este verdaderamente alineado delante del Padre. Una persona que es justa debe tener la certeza de saber quién es Dios, esto le permite mantener su oración delante del Padre hasta ser respondida.
Hay muchos justos creyendo y orando por Venezuela, y nuestra oración será respondida. ¡Hay muchos en este país que son proclamadores de la justicia de Dios!