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La verdadera Iglesia del Reino

Pastor Yobany Blanco,

domingo 10 de marzo de 2024.

 

“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” – Mateo 16:13 (RV1960).

La verdadera Iglesia de Cristo no da lástima ni pide recursos al sistema del mundo porque conoce muy bien que solo Dios puede sostenerla, pues la verdadera Iglesia de Jesús no se deja comprar ni se deja manipular con lo que ofrece el enemigo a través del sistema.

Si la Iglesia de Jesús conoce al Dios que le ama y conoces su identidad como hijos del Padre, sabe que tu sustento viene del cielo y no se deja atrapar por los ofrecimientos del mundo, porque conoce que lo que hay en el mundo es una migaja comparada con lo que Dios ya tiene preparado.

El Reino de los cielos te ha dado la autoridad para reclamar lo que te persigue y lo que necesitas cuando entiendes tu posición como hijo de Dios y sabes que todo lo que Dios puede darte es permanente y no pasajero como el mundo lo ofrece.

En momentos de angustia por establecer el Reino, no pidas ayuda al sistema, corre a los brazos de quien realmente puede hacerlo, que es Dios, y no hay nada que pueda hacerte frente.

Ten siempre presente, que, siendo hijo o hija del Rey, no puedes esperar menos.

Establece el Reino de Dios en todas las áreas que necesitas, comienza por la oración, pues solo eso puede tener el control de poder ordenar todo lo que está en caos con una intervención sobrenatural.

Haz de la atmosfera del Reino, tu estilo de vida permanente, no desees más que lo que Dios quiere darte.

“Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” – Lucas 4:5-8 (RV1960).

Aunque no somos mejores que Jesús, le tenemos a Él para vencer cuando satanás viene a tentarnos.

Cuando la palabra de Dios está viva en ti, no negocias tu adoración, ni tu rendición al Señor.

En el área donde Dios te tienta, el Reino ya tiene preparado para ti la provisión sobrenatural.

Jesús nos devolvió la imagen de Adán al momento de su creación, y con ello, nos devolvió el poder para dominar sobre todo lo que Dios nos ha dado, nos dio la identidad de hijos del Rey.

“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer.” – Génesis 1:28-30 (RV1960).

Jesús no es solamente Tu Salvador, sino también Tu Rey, tiene que existir esa revelación en ti.

Seamos el Reino de hijos siervos, que puedan servir unos a otros con un solo Señor, que gobierne la voluntad de los corazones.

“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” – Juan 18:36-37 (RV1960).

Solo Jesús con el Reino puede entrar todos los sistemas y reinar sobre ellos.

1. No hay Reino sin Rey, es importante reconocer a Jesús como el Rey que es, porque conforme a la revelación que tengas de Él, asimismo más a recibir.

2. Jesús quiere ser el dueño y Señor de tu corazón, para guiar tu vida de forma correcta; aprende a amarle con todo lo que tienes y eres, y Su amor te protegerá.

“Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” – Juan 18:37 (RV1960).

Jesús es quien manifiesta el Reino de la verdad, y todo aquel que lo cree, escuchará Su voz.

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” – Filipenses 2:9-11 (RV1960).

Vivamos y hablemos para darle la gloria al Rey, pues Dios no busca un cargo sino corazones que están dispuestos a exaltarle.

Cuando amamos a Dios, no importan las apariencias ni la reputación, solo el deseo ferviente de servir al Señor, al Rey.

Al tener la revelación adecuada y verdadera de Jesús en tu vida, todo, absolutamente todo cambia, y no de manera temporal, sino permanente, y te devuelve el diseño original que Dios ha hecho para ti.

Lo que Jesús te dio y conquistó para ti, el diablo no te lo puede robar.

En el mundo fuimos llamados a dominar por medio del Reino, incluso a satanás, porque Cristo es la cabeza, y nosotros, Su Iglesia, somos el cuerpo, que en autoridad puede reinar y dominar.

“Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros” – Romanos 16:20 (RV1960).

Atrévete a tomar dominio y potestad sobre lo que Dios ya te dio en tu heredad como Su hijo, y ya no serás como te ves ahora, serás como lo que Él siempre soñó e hizo para ti.

Donde el fundamento no es Cristo hay personas, pero gobierna el enemigo.

Cuando existe la verdadera revelación, hay transformación, seamos la verdadera Iglesia, la cual le reconoce como Rey y vive para Él.

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia” – 1 Pedro 2:9-10 (RV1960).

No cierres tu boca a los anuncios sobre la virtud de la verdad que hay en Cristo, somos la extensión de Cristo, somos parte del Reino, eres escogido por Dios para dar a conocerle y eso representa un privilegio.

“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” – Efesios 5:25-26.

Nadie más te puede dar el valor que mereces sino Jesús, quien pagó el precio por ti, Jesús es responsable de cuidarnos, protegernos y proveernos, Él se entregó completamente a Su Iglesia, por tanto, nosotros le pertenecemos a Él, nada de que lo que te ofrezca el mundo se compara con lo que Jesús quiere darte.
Se sabio y no sacrifiques todo lo que Dios puede darte por causa de la tentación, nadie más haría lo que Jesús hace por nosotros, búscale y camina en pos de la imagen que Él tiene de ti. Aun cuando el mundo denigró tu valor, Dios es quien lo restaura y te dignifica con todo Su amor.

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” – Mateo 16:18 (RV1960).

Mantengámonos en unidad y manifestemos el poder de Dios en la tierra para traer y establecer Su Reino.

La mayor unción del Reino es el amor, el único capaz de derrotar las tinieblas y abrir los cielos, caminemos en amor.
La Iglesia del Reino predica y comparte las buenas nuevas, habla del amor de Jesús y es luz en medio de la oscuridad, provocando la libertad de los cautivos.

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados” – Isaías 61:1-2.

La predicación es el detonante para abrir las puertas de los oprimidos y traer libertad.

“Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas” – Isaías 42:6-7 (RV1960).

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” – Juan 8:31-36 (RV1960).

No hay temor ni acechanza ni ataque del enemigo que pueda venir a tu vida cuando sabes que el Rey está contigo.

Atrévete hoy a creer tu identidad como hijo de Dios, el cual es capaz de dominar y tomar autoridad y comienza a establecer el Reino para que el cambio que esperas ocurra, si Jesús es tu Rey no hay nada que pueda faltar porque Él es tu provisión.