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Llegó el tiempo de tu ensanchamiento

Pastor Francisco Barrios

Martes 10-01-2023

Salmo 4:1: “Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración”.

Uno de los grandes beneficios de la oración, es que a través de ella podemos percibir lo que Dios nos está diciendo en medio de los más grandes problemas. Por medio de ella, podemos conocer que después de la angustia viene un tiempo de expansión y de ensanchamiento. Dios nos ama y debemos creerlo para que no nos perdamos en medio de las circunstancias difíciles.

Dios va a hacer cosas buenas con nosotros y esperemos lo mejor de Él, aunque le hayamos fallado, porque Él es misericordioso.

No oremos basados en nuestra capacidad moral, saquemos la mirada de nosotros y pongámosla en el autor y consumador de la fe (Hebreos 12:2). Vayamos ante Él con corazón humillado y hallaremos oportuno socorro.

Juan 15:1-4: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”.

En el tiempo de la angustia permanezcamos orando, estables en nuestro clamor. No permitamos que los momentos adversos afecten nuestro tiempo de oración.

Juan 15:6-7: “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.

A aquellos que han permanecido en Jesús a pesar de las adversidades, pueden pedir, porque Dios desea entregarles el anhelo de sus corazones.