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Lo prometido
Pastor Javier Bertucci
Martes 16-10-2022
2 Crónicas 6:4: “Y él dijo: Bendito sea Jehová Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que prometió con su boca a David mi padre.”
Joel 2:28-29: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.”
En una oración que realizó Salomón en Crónicas resaltaba uno de los grandes atributos de Dios, y es que Él cumple lo que promete. Jehová no solo es dador de promesas, Él cumple lo que nos dice en su Palabra. Incluso cuando debamos esperar varias temporadas para ver su pacto cumplirse, mantengamos siempre la certeza de que será hecho en el tiempo correcto. Salomón presentó al Padre como aquel que siempre cumple con sus manos aquello que ha prometido con su boca.
En el Antiguo Pacto el Espíritu Santo solo venía sobre algunos para que cumplieran tareas específicas. A pesar de esto, aparece el profeta Joel con esta palabra que prometía que todos podrían vivir la llenura del Espíritu Santo. Esa profecía contradecía todo, y representaba la llegada de un nuevo pacto, el Hijo de Dios hecho carne. Durante los tres años que Jesús tuvo de ministerio estableció un tiempo nuevo, nos salvó y mostró la gloria del Dios viviente.
Hechos 1:4-5: “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.”
Antes de ascender al cielo Jesús les ordena a sus discípulos esperar el cumplimiento de esa promesa. Y es en Hechos dos que vemos la profecía cumplirse con la abundante llenura del Espíritu que cayó sobre los 120, y más adelante en el capítulo cuatro vuelve a haber otra impartición del Espíritu, lo que nos enseña que la llenura es algo constante en la vida del cristiano, que debemos rebosar del poder de Dios. Después de ese día, todos los que desean conocer al Espíritu Santo pueden tener acceso a Él de forma ilimitada.
Filipenses 1:7: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”
Hechos 2:38: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
En el Pentecostés tres mil hombres se salvaron por la predicación del apóstol Pedro, quien fue usado por el Espíritu Santo para hablar con autoridad y conocimiento. La llenura del Espíritu de Dios nos convierte en personas capaces, sabias, entendidas y con habilidad, su obra en nosotros no se detiene, al contrario, nos impulsa a ser perfeccionados.
La Gracia es Jesús. Este es el Pacto de salvación que Satanás ha buscado ensuciar para reducir a la Iglesia a una minoría. No obstante, cuando alguien conoce la Gracia y empieza a vivir en ella, busca dejar atrás el pecado y permite que el Espíritu Santo trabaje en él, porque quiere corresponder y ser agradecido con tan inmerecido amor. La Gracia nos acerca a Jesús y nos aleja del pecado.