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Madres reales con un Dios real
Pastor: FRANCISCO BARRIOS
Domingo: 14/05/2023

Exodo 20:12
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”

Se ha idealizado tanto el rol de los padres, que cuando no pueden cumplir con las expectativas de la sociedad y de los hijos, entonces no se les honra, porque no son perfectos; pero aún así, cuando la Biblia nos indica que los honremos, nos habla de padres y madres con imperfecciones.

Si no somos capaces de honrar a alguien imperfecto, ¿cómo esperamos que Dios nos honre a nosotros que tampoco somos perfectos? Nadie es perfecto, todos tenemos imperfecciones, carencias y necesidades; pero hay tanta idealización en el cristianismo, que terminamos en una deuda muy grande de honra.

Estamos atravesando la era de la desinformación, aunque creemos que estamos muy informados; sufrimos hoy día, un exceso de engaño en nuestra sociedad y aun dentro de la iglesia.

La palabra “idealización” refiere a tener conceptos errados de un perfeccionismo alejado de la realidad, volviéndose obsesión desenfrenada en la sociedad.

La peor parte recae sobre las madres. Mujeres hoy día dañadas, moral y psicológicamente, inducidas a creer que deben ser perfectas, la que todo lo suple, todo lo puede y todo lo da, resultando esto en depresión y baja autoestima, todo por causa de la gran demanda social.

La madre real necesita perdón, necesita gracia y necesita amor porque no es perfecta, porque sufre, pues no logra llenar todos los espacios que la sociedad ha creado para ellas.

En la Biblia encontramos la vida de una madre real, no ideal, en el libro de Éxodo. En esa historia se dice que los hebreos vivían con derechos, una vida normal, y se levantó como rey, un faraón que no reconoció la buena relación de sus antecesores con Israel y tenía miedo del pueblo hebreo, ya que vivían dentro de su patria, y eran más numerosos que los de su país y más prósperos y más robustos en todo sentido, entonces este faraón armó un plan por medio de un decreto que los exterminaría, y los limitaría como pueblo a dejar de crecer. Es así como envió a esclavizarlos y quitarles todos sus derechos y beneficios, prohibiéndoles el nacimiento de todo hijo varón, y asesinando a los ya nacidos, para que no se multiplicasen más, y es así, como en medio de ese caos se desarrolla esta historia que narra la actitud de una madre, no ideal, sino real.

Exodo 2:1-10:
“Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.”

En esta historia encontramos como la Biblia nos revela lo que fue una madre valiente y esforzada en medio de una crisis con la cual iniciaba la vida de quién luego sería un gran hombre de Dios: Moisés.

La Biblia no esconde las crisis, no pinta una vida humana de color rosa y totalmente perfecta en el idealismo, sino que da herramientas y muestra cómo vencer por medio de la fe en un Dios que todo lo está mirando, sin importar quién eres o qué haces.

En la vida podemos estar haciendo la voluntad de Dios y al mismo tiempo estar atravesando una crisis; los problemas y las crisis no son indicativos de que no estás haciendo la voluntad de Dios.

En esta historia que acabamos de leer, esta mujer se casó como toda joven con el sueño de tener un hogar, una vida familiar sana, pero de repente todo cambió, gracias al gobierno que asumió el mandato en su época, y luego de tener una posición privilegiada en su pueblo y en su familia, todos pasaron a ser muy pobres. Ahora se logra ver a una mujer real, con una situación real de crisis; ahora vemos a una madre que no puede criar a su hijo, una madre que por las circunstancias, después de tres meses de criar y aferrarse a su hijo a escondidas para que no lo asesinaran, llega a un momento decisivo en su vida, en el que ella fue lo suficientemente sabia para hacer lo que más le convenía a su hijo, aunque iba en contra de sus emociones, de sus deseos y de todo lo que ella había idealizado que era una familia y su propia vida como esposa y madre; se desprende forzosamente de su hijo y confía en su Dios, sabiendo que Él iba a hacer algo, mientras tanto ella, de lejos, y quizá con lágrimas en sus ojos, observaba lo que le ocurría a su hijo.

Tuvo esperanzas y fe, pues ella no podía llenar esos espacios en blanco, ni solucionar en su propia fuerza lo que ocurría ante aquella terrible circunstancia; estaba limitada; sin embargo, hizo algo que todos debemos hacer hoy en día: poner todo en las manos de Dios, y Dios, tomando todo en sus perfectas manos, llenará todo espacio en blanco que humanamente no podemos llenar.

En medio de las crisis nos dejamos llevar por la angustia y la desesperanza, y tomamos decisiones equivocadas, no confiando, ni esperando en lo que Dios hará.

Dios elige corazones valientes en los cuales poner su voluntad para glorificarse en pro del beneficio de la mayoría. Dios se asocia con estos corazones de madres valientes en medio de las crisis y de los peores momentos; así que, no debemos huirle a las crisis. Hoy día existen muchas madres que son heroínas, porque a pesar de todo en contra están criando a sus hijos con valentía.

No importa cuánto tiempo pase para ver lo que Dios hará en sus hijos. Madre, tú solamente quítate la carga de querer solucionar todo, o llenar los vacíos que no puedes llenar, y descansa tus cargas en las manos del Señor.

Madres y padres valientes, pongan a sus hijos en las manos de Dios, díganle a Dios que ya ustedes no pueden más, pero que ustedes saben que Él sí puede perfeccionarlo todo y llenar los vacíos.Lo que tú no puedes hacer Dios lo hará; cuando lo pongas en sus manos, Él obrará.