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Manifestando la imagen de Jesús

(Domingo 12-07-2020)
Pastor Javier Bertucci

Gran parte de la Iglesia ha tergiversado la imagen de nuestro Señor Jesús anteponiendo normas, dogmas y doctrinas, que no estamos en contra de ellas, debido a que puedan ayudar, pero el problema radica cuando las colocamos antes que la imagen de Jesús, debido a que se termina por adaptar a la gente a ellas, y no se les enseña a manifestar la imagen de Cristo, la cual es la que va a terminar de atraer a la gente a los pies de nuestro Señor Jesús; Él mismo dijo: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32), dando a entender que nos dejó una gran tarea, la gran comisión, que no es más que levantarlo y hablar de Él constantemente, para que a la gente se le forme la imagen de Jesús en sus corazones.

Hoy hay muchas personas apasionadas y comprometidas con Jesús, pero con un profundo desconocimiento de Su imagen y persona, por lo que predican normas, dogmas y doctrinas, pero no a Jesús; el resultado de esto es una Iglesia religiosa, cargada de negatividad, estéril en su capacidad de reproducirse y desconocida, que no genera ningún tipo de influencia, y esto es lo que precisamente ha hecho que la Iglesia retroceda en los últimos años.

Mateo 16:13-15: “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”

Jesús jamás se preocupó por el “qué dirán”, ni por llenar las expectativas de la gente, sino por cumplir con las expectativas de su Padre, era un hombre muy aplomado en sus formas, maneras y acciones. Ninguno de los discípulos podía ubicar a Jesús en quién era Él realmente, todos decían que Jesús era lo que Él no era. Si los discípulos de Jesús no mostraban Su imagen, la gente en la calle no podrían conocer realmente quién era Él, así que el error de la imagen de Jesús fue que los discípulos no la estaban manifestando. Esto aconteció hace 2000 millones de años, pero la realidad sigue siendo la misma, la gente no sabe quién es Jesús, y es porque parte de la Iglesia no se ha ocupado del asunto de tener la imagen y conocimiento de Él, para entonces poder ir a la calle a mostrarlo, sino que se han ocupado primero en el asunto de doctrinas y dogmas, y eso es lo que la gente ha recibido afuera.

Jesús nunca hizo ningún tipo de sectarismos, entregó todo, sin reservas, con el fin de que todos fueran salvos, y eso es lo que la gente debe conocer.

Mateo 16: 16-17: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.”

Mientras que en los púlpitos se predique la imagen de Jesús, la gente lo va a conocer. La única manera de que tengamos el concepto y la visión correcta de Jesús, es por revelación, y ella viene para quienes están interesados en saber quién es Él, pero parece que estamos más interesados en conocer doctrinas, en vez de conocer a Jesús. Hoy debemos estar más interesados en que la gente tenga el Espíritu Santo y la imagen correcta de Jesús, para de esta manera, poder tener una influencia correcta en la gente. Personas que tienen un concepto de Jesús van a ser grandes predicadores y proyectadores del Señor en cualquier lugar, y ese es el verdadero éxito, porque Jesús es el único capaz de cambiar a un individuo. No podemos tratar de cambiar a las personas a través de doctrinas, porque eso no funciona, la única manera de generar una libertad en ellos, es que conozcan al Hijo de Dios; Jesús mismo dijo: “Yo soy la verdad y la vida” (Juan 14:6).

La Iglesia no se fundamenta sobre normas, dogmas y doctrinas, sino sobre la roca inconmovible, quien es Jesucristo, Él es su cabeza, y su base, Pablo al respecto dijo: “pero cada uno mire cómo sobre edifica sobre ese fundamento” (1 Corintios 3:10-11), indicando esto, que no podemos edificar sobre alguien o sobre algo que no sea Jesús, Él es la piedra angular, el Alfa y la Omega (Apocalipsis 1:8), todo debe estar en Él y debe ser para Él, y cuando entendemos estos principios, podemos avanzar en una sobre edificación de la Iglesia y en una gran influencia sobre las masas.

Mateo 16:18: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalerecerán contra ella.”

Jesús no se está refiriendo a Pedro como la roca, se refiere a él como un “extracto” o “pedazo de la roca”, que significa “piedra”, y dice: “sobre esta roca”, refiriéndose a Él mismo como la roca inconmovible de los siglos, y fundamento de la Iglesia. Es necesario aclarar que Jesús cuando le dice a Pedro: “sobre esta roca”, se refiere a Él mismo.

Todos los que creemos en Jesús podemos tener las manifestaciones de Él, no las de un hombre ni la de una doctrina, sino las de Jesús. La esencia de la Iglesia es Jesucristo.

Romanos 8:29-30: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Usualmente en una familia hay varios hermanos, y ellos se parecen de alguna manera, asimismo, Jesús es el hermano mayor de nosotros, por lo que el Padre espera que nos parezcamos a Jesús. Qué importante es que tengamos rasgos profundos de nuestro hermano mayor, quien es Jesucristo, y qué triste sería que tengamos rasgos tan diferentes a Él, que no tengamos ningún parecido al hermano mayor, quien es Jesucristo. Nuestro trabajo como predicadores, es que la gente se parezca a Jesús.

1 Corintios 15:46-49: “Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen la imagen del celestial.”

Las normas, dogmas y doctrinas se trabajan en la carne, nada en el espíritu. Conocemos a Jesús por medio de una experiencia real con Él, que puede venir durante la predicación de un mensaje de alguien, y a su vez, el Espíritu Santo redarguye de pecado.

Gálatas 1:15-17: “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.”

Pablo se ocupó más en tener la imagen y el concepto correcto de Jesús, que en consultar carne y sangre. Es lamentable conocer más doctrinas, que al mismo Jesús.

Gálatas 4:19: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros.”

Pablo estaba preocupado no por la doctrina de la Iglesia de Galacia, ni por las normas ni formas, sino porque los creyentes tuvieran la imagen de Jesús formada en su espíritu.

La gran y principal responsabilidad de los líderes cristianos, no es levantar grandes templos ni organizaciones, aunque podemos tenerlas, sino que la gente conozca y ame a Jesús, y esto inicia en nuestro templo y luego se va a expandir a las calles, plazas, universidades, auto mercados, y todo lugar de influencia que podamos tener como organización e Iglesia, y eso viene como consecuencia de ocuparnos de que en nuestra Iglesia sea formada la imagen de nuestro Señor Jesucristo como prioridad y principal objetivo.

Debemos ocuparnos eficientemente en el asunto de formar la imagen de Cristo, por medio de la predicación y la oración eficiente, para que el Espíritu Santo vaya aclarando esa imagen en el corazón de quienes asisten a nuestra Iglesia.

No somos cristianos porque asistimos a una iglesia, somos cristianos porque amamos y creemos en Jesucristo y queremos vivir de acuerdo a sus parámetros y estándares. Nos hace cristianos nuestra experiencia y relación con Él, y hacer que todos los que estén a nuestro alrededor puedan conocerlo.