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No pierdas la fe, tu oración será respondida
Pastor Francisco Barrios
Martes 23-02-2021
El ingrediente más importante para que nuestra oración sea oída y respondida, no es lo adornado de nuestras palabras, eso no es lo que la hace efectiva, Jesús dijo: “Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería” (Mateo 6:7); para Dios no es importante nuestro nivel educativo, sino la fe.
Aunque tengamos tiempo orando por un propósito y no hayamos recibido respuesta, no perdamos la fe, tarde o temprano la recibiremos, porque no estamos orando a un Dios limitado, sino a uno Omnipotente, que todo lo puede, Él es el Dios de lo sobrenatural e imposible. No prestemos atención a lo que dicen las circunstancias, precisamente la fe es la convicción de lo que no vemos (Hebreos 11:1), la seguridad de que vamos a recibir algo que, para nosotros es imposible. Ejerzamos fe en nuestra oración y veremos a Dios actuar.
Marcos 5: 21-34: “Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote”.
Todos estamos creyendo por un milagro y necesitando la intervención de Dios en algún área de nuestras vidas, es por ello que no soltemos la esperanza, sigamos creyendo, porque a través de la fe conquistaremos nuestra petición. Todo aquel que toque a Jesús en oración con fe, va a recibir su milagro, va a ver a Dios actuar sobrenaturalmente, y el ingrediente esencial siempre será la fe. Podemos perder cualquier cosa, pero jamás la fe, porque con ella podremos recuperar todo lo que hayamos perdido. Cuando añadimos fe a nuestra oración, estamos abriendo el Cielo para un milagro.
Marcos 5:35-42: “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente”.
Muchas veces creemos que nuestro milagro está muerto, y tenemos esa voz en nuestra mente y corazón diciéndonos que dejemos de insistir a Dios por nuestra petición, pero no debemos de hacerlo, recordemos que el temor es una fe negativa, así que, creamos, porque quien deja de confiar en Dios, perece, fortalezcamos nuestra fe, esperanza y deseo de orar, porque Dios va a actuar a nuestro favor.
No importa cuánto tiempo hayamos pasado en la espera de nuestro milagro, si nos mantenemos de pie, creyendo y orando, llegará el día en que veremos a Dios actuar de manera poderosa y sobrenatural. Estamos frente a una nueva temporada de Dios para nuestras vidas, y debemos tener una percepción espiritual alta para poder captar lo que Él va a hacer; en este nuevo tiempo, quien estaba abajo, estará arriba; quien estaba atrás, estará adelante; el deshonrado, será honrado; el olvidado, será recordado; el que se había ido, regresará; y quien lloraba, reirá. ¡Este es el año de nuestro milagro!, ¡vienen días de gloria para nuestras vidas! Dios va a deshacer en un segundo lo que en años el diablo y las circunstancias han estado haciendo sobre nuestras vidas y familias. ¡Vienen días mejores para quien cree y mantiene su fe y esperanza!