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Nuevo nivel de intercesión

Pastor Yobany Blanco

Domingo 06-02-2022

Isaías 56:7: “Yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”.

La Iglesia tiene una misión que sería imposible cumplir sin la revelación y la práctica de la intercesión, debido a que ella tiene el poder de traer el Reino de los cielos a la Tierra. La intercesión tiene el poder de generar cambios en un país entero, pero si queremos ver milagros debemos activar lo sobrenatural de la intercesión.

La intercesión nos lleva a la cámara secreta de Dios, es una gracia especial para orar y muchos creen que no califican para acceder a ella. El diablo va a querer evitar que accedamos a esta gracia por medio de la condenación, porque sabe que así logra anular el poder de lo sobrenatural en nuestras vidas.

Dios busca intercesores que se deleiten en su trono y adoradores que adoren en espíritu y en verdad (Juan 4:23), ambos llamados están unidos, porque quien adora sabe interceder, y ambos saben acceder al trono de la gracia. Cuando profundizamos en la adoración y la intercesión conseguimos acceso al trono de la gracia, y levantamos un muro de protección a favor de los hombres y en contra de todo plan del diablo. Un intercesor es intocable por el diablo, porque a ese nivel él no puede entrar.

Dios nos invita a levantar casas de oración, un mover de intercesión en el que todos entendamos el poder de la súplica y nos volvamos cristianos más fuertes, unos que no solo pidan por su propia causa, sino por las cargas de los demás, que generen muros de protección unos sobre otros, hasta que Dios eleve a esa Iglesia como la protectora en oración de un país.

Zacarías 12:10: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”.

Debemos pedir gracia y espíritu de oración para subir al nivel de la intercesión, y cuando se nos es dada empezamos a tener una mayor revelación de Cristo, porque es Jesús el dueño del ministerio de la intercesión, es Él quien nos acompaña en medio de nuestro clamor. Con la gracia de la intercesión y la compañía de Cristo empezamos a ver la forma en que Él clama por nosotros y aprendemos a amar lo que Dios ama y a pedir por las cosas que están en su corazón, por lo que se nos da una revelación más personal del sacrificio de Cristo y su amor, y somos elevados al nivel de súplica y ruego.

Las personas que elevan su oración al nivel de la intercesión pueden romper con toda enfermedad y se les concede una autoridad espiritual para someter principados y potestades, esta autoridad intimida a satanás. Tengamos anhelo por la gracia de la intercesión, deseemos presionar hasta que se rompa el límite de lo común y corriente en la oración, empujemos con nuestra oración hasta llegar al trono de Dios en el que todo es posible.