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Para Dios nada es difícil

Pastor Javier Bertucci

Domingo 05-09-2021

Hebreos 13:8: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.

En los últimos años a Venezuela le ha tocado vivir una temporada difícil; la crisis y el oprobio en el que viven sus habitantes se ha convertido en un hecho histórico. Aun, cuando en algún momento el mismo Benny Hinn habló sobre la importancia que el Cielo le daba a Venezuela, vimos como el país entró en la peor crisis de su historia. Podríamos pensar que Dios cambió de parecer, pero Él es el mismo hoy y siempre; y para entender lo que ocurre actualmente, es necesario que nos vayamos a la Palabra, y así sabremos que una vez que Dios hace el anuncio, lo primero que viene es el ataque del infierno. Esto es un intento para que dejemos de creer lo que Dios dice, y nos introduzcamos en la desesperanza.

Dios tiene la última palabra, Él es el gran juez, y lo que dice, se cumple. Aun cuando debamos esperar un poco más en esta incertidumbre, caminaremos por fe hasta ver lo prometido. Pero, este camino no es para cualquiera, es para valientes, determinados y tercos en la fe, solo ellos lograrán transitar por él; porque lo que estamos esperando no es fácil, pero para Dios nada es difícil.

Jeremías 32:27: “He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?”

Dios seguirá siendo Dios a pesar de que atravesemos por las peores circunstancias. Desde la perspectiva de que Él es soberano en su grandeza, no hay manera de que alguien lo anule; podrán cancelar las bendiciones y bondades sobre nuestra vida, pero no a Dios.

Jeremías 32:37: “He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios”.

Dios le habla a un país y les promete que reunirá a sus hijos de nuevo, quiere decir, que la sentencia es que las personas que se fueron puedan volver y ser parte de una nación bendita. Ya no serán extranjeros o peregrinos, ahora todos regresarán a su país y podrán formar familias prósperas.

Una cosa es que te apropies de Dios y otra es que Él te tome como su pueblo, esto ocurre cuando hay una conexión de reciprocidad, amor y reconocimiento mutuo. Lo que describe Jeremías es un pacto de Dios con nosotros, prometiendo que todos los venezolanos regresarán; esto ocurrirá por medio de una intervención del Cielo.

Jeremías 32:39-40: “Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí”.

Dios anuncia que su plan de bendición se extenderá por dos generaciones, que traerá días de gloria, de paz y de abundancia. Lo único que necesitamos es absoluta confianza en las palabras eternas que Dios ya pronunció. Aquellos que se aferren a este pacto, son quienes abrirán la brecha de bendición para sus hijos y nietos.

Jeremías 32: 41-42: “Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo”.

La última promesa, es que después del gran éxodo vivido, nunca más nuestra gente tendrá que pensar en salir del país para conseguir oportunidades, y que así como fue grande nuestra aflicción, será grande la bendición venidera. Debemos prepararnos, porque cuando Dios habla, Él cumple. Dios convierte lo difícil e imposible en algo posible, ya lo ha hecho, y así lo hará. No podríamos averiguar de que manera lo hará, pero sabemos confiadamente que lo hará.