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Perdedores en la cima

Vigilia JEF

Tutor Cadmiel Hernández

Jueves 24-06-2021

1 Samuel 17: 4-6-8-16: “Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días”.

 

Durante cuarenta días el ejército de Dios vio lo grande que era Goliat, su altura de casi tres metros, su armadura y espada, y dice la Biblia que ellos estaban atemorizados por lo imponente que era el filisteo; sin embargo, un día llega David al campamento y oye las amenazas de Goliat, entonces decide pelear contra él (1 Samuel 17:34-37).

Pocos estaban con David, sus hermanos no creían en él, ni siquiera el rey pensó que podría pelear y ganarle a Goliat, pero David tenía confianza, sabía que Dios estaba con él; se había enfrentado a leones y osos, y esas experiencias le hacían saber que Dios estaba de su lado. Mucho de lo que vivimos en nuestra intimidad con Dios, nos ayuda a convencernos de que Él está con nosotros.

No necesitamos convencer o impresionar a los demás con lo que Dios hace con nosotros, solo necesitamos tener la certeza de su compañía; esto era lo que impulsaba a David, que aunque oía las voces que le decían: “no puedes” y “no lo vas a lograr”, él estaba convencido de que el Dios que lo ayudó a vencer al león y al oso, le acompañaría mientras peleaba contra Goliat.

Ninguno de los hombres de guerra que había en el ejército de Israel se atrevió a pelear con Goliat, muchos decidieron simplemente irse, pero llegó un pastor de ovejas con la convicción de que su Dios es más grande que cualquier gigante y decidió pelear.

Puede que muchos de los hombres por los cuales sintamos admiración, se hayan ido, aquellos que considerábamos de Dios, sin embargo, nuestro Padre quiere usar a los anónimos que sirven con un buen corazón, que confían que Dios está con ellos, y ahora serán los nuevos líderes, capitanes y tutores. El único secreto está en confiar en Dios, mientras ese sea nuestro baluarte, seremos victoriosos. La Biblia cuenta que David fue con solo unas piedras y una honda, y de lejos se quedaron aquellos que lo criticaron.