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Pidiendo con fe

Pastor Yobany Blanco y líder Rolando Quintero

Martes 18-05-2021

Santiago 1:5-8: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”.

La oración es una petición, pero no debe estar basada en la necesidad, sino en la fe de que tenemos un Dios que nos dará lo que necesitamos. Debemos pedir conforme a la voluntad de Dios, y hacer oraciones de fe, las cuales son capaces de traer respuestas del Cielo a la Tierra.

Muchos tienen temor de pedir en grande y de confiar en que Dios les dará el milagro que necesitan, se acercan a Dios pensando que les dará menos de lo que esperan y esto es una imagen equivocada del Dios que tenemos, porque Él está dispuesto a darnos exactamente lo que estamos orando.

Líder Rolando Quintero

Job 22:28: “Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz”.

Debemos plantarnos en una fe firme, porque Dios está comprometido con su Palabra y ella dice que Él nos va a prosperar, pero no podemos orar desde la lastima, creyendo que eso es lo que mueve a Dios, al contrario, lo que lo mueve a Él es nuestra firmeza y valentía de seguir orando aunque todo se vuelva más complicado, así cómo lo hicieron los dos ciegos de Jericó, que no dejaron de gritar para alcanzar su milagro aún cuando la gente los callaba.

Mateo 20: 29-30: “Cuando Jesús salió de la ciudad de Jericó en compañía de sus discípulos, mucha gente lo siguió. Junto al camino estaban sentados dos ciegos. Cuando oyeron que Jesús iba pasando, comenzaron a gritar: «¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos!» La gente comenzó a reprender a los ciegos para que se callaran, pero ellos gritaron con más fuerza todavía: «¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos!»

Pastor Yobany Blanco

La oración debe tener buenas motivaciones, es decir, debe ser conforme a la voluntad de Dios y a su Palabra. La única condición para orar es la fe, creer fielmente que todo lo que pedimos ya se nos es entregado.

Hay muchas voces que quieren traer duda e incredulidad a nuestra oración, que desean matar nuestro milagro, pero la Biblia expresa que no debemos dudar, dice: “Pero pida con fe, no dudando nada” (Santiago 1:6), es por ello que nuestra oración debe ser vaciada de los miedos y los temores que hemos tenido; cuando dudamos somos como las olas, inestables.

Si aún no hemos recibido respuesta a una oración, no la soltemos, nuestra actitud debe ser prevalecer en esa petición y mantener la expectativa de que tendremos una solución de parte del Cielo. La fe nos da carácter para tomar espiritualmente el Reino de los cielos, porque las cosas buenas que Dios nos quiere dar tendrán resistencia del enemigo. Reclamemos nuestra respuesta y esperemos.

Mateo 7:7: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Líder Rolando Quintero

Todo el que practique los principios de la oración, recibirá respuesta. La oración es el puente directo hacia Dios en el que nos llenamos de determinaciones al transitarlo; en ocasiones podemos sentirnos cansados y desesperanzados, pero al entrar en la oración saldremos como leones, con nuevas fuerzas, porque Dios nos nutre. Mientras más oremos, más aprenderemos y desearemos estar y vivir en oración.

Lucas 18 : 7-8: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”

Si permanecemos clamando día y noche, se nos hará justicia, porque si el juez injusto siendo humano le hizo justicia a esta mujer, cuánto más Dios, siendo Él la justicia misma. Si nuestra fe está firme al orar, Dios no nos dará una negativa, al contrario, siempre estará dispuesto a responder, pero depende que creamos que recibiremos la respuesta a lo que pedimos, porque solo las oraciones que se hacen con fe abren los cielos.