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Que tu pasado no te detenga

Pastor Francisco Barrios

Domingo 08-01-2023

Hebreos 12:1(NVI): “Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante”.

Nuestro pasado no puede determinar lo que Dios quiere hacer en el futuro. Si nuestra historia ha sido de pobreza, soledad y enfermedad, puede ser cambiada. Debemos dejar el pasado atrás y empezar a creer por un mejor futuro. El término “asedia” tiene que ver con que el enemigo va a venir constantemente a nosotros a recordarnos nuestras fallas y fracasos, pero para conquistar lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas debemos despojarnos del pecado, que tiene que ver con los pecados pasados que el enemigo utiliza para debilitar nuestra fe.

Hebreos 12:2 (NVI): “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios”.

Ahora bien, la forma de combatir al diablo con pensamientos que nos asedien, es recordándole que es verdad que nosotros somos incapaces, pero que creemos en uno que sí es capaz, ese es Jesús, en quien debe estar siempre puesta nuestra mirada.

Marcos 5:2-19: “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti”.

Jesús convierte al peor hombre, es decir, a un hombre poseído por un espíritu malo, en la mayor herramienta evangelística de la región; además le instruyó que llevará un mensaje de gracia y amor a todos los habitantes del lugar. Con esto estaba diciendo que si Jesús fue capaz de libertarlo a él, cómo no lo haría con ellos.

No podemos vivir atados a dolores y recuerdos del pasado, tenemos un Dios que es dueño de nuestro presente y futuro. No podemos ir al futuro recordando el bagaje del pasado.

Filipenses 3:13: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”.

No hay demonio que pueda impedir que nos podamos arrodillar ante Jesús para ser liberados de toda cadena y etiqueta que nos hayan puesto. ¡Dios es bueno y este será un gran año!

Tenemos la capacidad de hacernos daño a nosotros mismos cuando creemos que nos merecemos lo peor, pero hoy el Espirítu Santo nos dice que hará algo nuevo con nosotros y que es capaz de hacer algo nuevo. A pesar de nuestro pasado, Dios tiene una historia diferente para nuestras vidas.

Lucas 4:18-19: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”.

Que el pasado no nos detenga para ir a conquistar lo que Jesús tiene para nuestras vidas en el futuro. ¡Pongamos nuestros ojos en Jesús!