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Reinando como mendigos

Pastor Javier Bertucci

Domingo 07-08-2022

Isaías 5:13: “Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.”

Efesios 5:27: “a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”

Cuando llegamos a Cristo, entramos al pacto de la gracia; esto significa que hemos alcanzado la salvación, y que podemos acceder a la sanidad, a la prosperidad y a la paz. Sin embargo, la Iglesia vive sin disfrutar de ninguno de los grandes beneficios de la gracia, porque creen que no son merecedores de alguna bendición. Satanás no puede quitarnos una promesa, pero puede convencernos de que no la merecemos. De esta forma, muchos cristianos viven excluyéndose de todo lo que Dios desea entregarles. Si no tenemos la fe para acceder a todas las bendiciones que Dios ha dispuesto para nosotros, viviremos un cristianismo a medias y en constante necesidad.

Según Efesios 5 tenemos como llamado ser una Iglesia gloriosa, pero como lo explica Isaías 5 esta gloria puede morir si no tenemos el conocimiento del Pacto de la gracia. La luz y gloria de la Iglesia se han ido apagando, teniendo como consecuencia que las multitudes se dispersaran. Actualmente, para muchos inconversos, ser cristiano representa pertenecer a una secta llena de gente fracasada. Es por la mezcla de la Ley con la Gracia que se ha generado esta idea errada del cristianismo, llevando a muchos a una gran confusión, pensando que por misericordia tenemos la salvación, pero debemos trabajar para poder merecer las bendiciones del Padre. La mala formación que ha tenido la Iglesia nos ha llevado a vivir como mendigos, cuando tenemos un gran Dios que es dueño del oro y de la plata.

Efesios 1:3: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.”

3 Juan 1:2: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.”

Dios desea regresarle a su Iglesia la gloria, y destruir toda falsa enseñanza. Se ha acorralado al pueblo de Dios con tantas reglas y normas, haciendo que seguir a Jesús sea un trabajo agotador y difícil. La mezcla de Ley y Gracia trajo como resultado una gran derrota en áreas que Dios ya había conquistado para nosotros, haciendo que la Iglesia acepte las derrotas y el fracaso como si fuera la voluntad del Padre, cuando realmente Él desea que nos levantemos y empecemos a creer en las victorias alcanzadas en la cruz.

Si nos atrevemos a creer, a conocer y asumir el Pacto de Gracia, veremos como la gloria y bendición vuelven a su Iglesia.

En Efesios, vemos que ya en Cristo fuimos bendecidos y es por su abundante gracia que somos aceptados y redimidos del pecado.

Romanos 5:17: “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.”

Por causa del primer Adán reinó el pecado en el mundo, y todos estábamos destinados a la muerte; sin embargo, gracias a Jesús podemos reinar en vida. Tenemos el llamado del Cielo a reinar como reyes y sacerdotes, todo por medio del sacrificio de Cristo.

Se trata de la percepción que tenemos de Dios; lo que pensamos de Él lo vamos a obtener. Cuando entendemos realmente la buena voluntad del Padre para con nosotros, cambia lo que recibimos de Él. De esta forma comenzamos a recibir y disfrutar de las riquezas de su gracia.