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Señor, envía tu paz

Pastor Javier Bertucci, domingo 11 de agosto de 2024

“Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz” – Jeremías 29:7 (RV1960).

No hay paz en algún lugar sin pedírsela antes a quien la provee. Por eso solo Dios es el único de proveer la paz en circunstancias de caos y difíciles que pueden alterar la seguridad de un pueblo entero.

Nuestro Dios es además el único capaz de poder desalojar y desarraigar todo odio y violencia para traer paz a justos e injustos, puesto que la paz no es una condición sino un espíritu.

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” – Juan 14:27 (RV1960).

Hay una diferencia muy grande entre lo que el mundo llama paz y la paz que Jesús provee, pues solo aquella que viene de Cristo permanece cuando todo está en caos.

Por amor, Dios es capaz de salvar a pueblos enteros con la garantía de poder ser mejores de lo que alguna vez fueron, y gracias a esa misericordia hay que soltar todo el pasado para comenzar un nuevo capitulo de la mano del Señor ajustando corazón y oído a su palabra.

Asimismo, Dios es galardonador de la firmeza y convicción que usted deposita en Él, sabiendo que cumplirá lo que promete y dada esa actitud, el espíritu de paz que el Señor provee se hace más fuerte e inquebrantable ante las situaciones difíciles. Alimenta tu alma con la palabra de Dios y no la mente con lo que el mundo dice.

Cuando Dios interviene es porque quien le necesita le deja intervenir, pues para eso las personas o los pueblos enteros tienen libre albedrío, lo que les permite tomar sus decisiones y también enseñarles a ser responsables de sus elecciones.

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” – Deuteronomio 30:19 (RV1960).

“Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén” – Romanos 15:33 (RV1960).

Pidiendo al Señor su paz, trae consigo la justicia y el gozo, lo que permite tener las cosas más claras debido a que se ha decidido que el Reino de Dios se establezca y que Su voluntad sea hecha.

Quien tiene su esperanza en Jesús, nada podrá destruirle. Y es esa misma esperanza la que necesita el mundo propagar a través de la predicación del Evangelio.

“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina!” – Isaías 52:7 (RV1960).

Adorar a Dios en tiempos difíciles produce un nuevo nivel de fe y paz en el corazón, sabiendo que Dios es quien tiene el control y nada se escapa de sus manos.

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían” – Hechos 16:25 (RV1960).

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” – Jeremías 29:11 (RV1960).

Los planes de Dios siempre están buscando la forma de poder bendecirte y cumplir lo que anhelas.

“Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti” – Isaías 54:10 (RV1960).

No pierdas tu esperanza, porque lo que Dios ha anunciado para ti acontecerá porque Él es bueno.