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Servicio de Oración

Pastor Gustavo Valbuena

Martes 05-04-2022

 

 

La gracia de Dios está a nuestro favor todos los días, puede que vivamos momentos de dificultad, pero debemos mantenernos enfocados en lo que el Cielo dice de nosotros y en las verdades de la Biblia sobre la situación que estemos atravesando.

Salmos 23:1-3: “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.”

El Salmo 23 es una declaración que nos afirma en la bondad de Dios. Cuando decimos: “Jehová es mi pastor y nada me faltará” estamos recordando que, si hoy confiamos en nuestro Dios, Él nunca nos fallará. Este Salmo nos recuerda que podemos confiarle nuestro futuro al Padre.

Puede que actualmente no vivamos en lugares de delicados pastos, pero nuestra declaración debe venir con la confianza de que pronto experimentaremos un gran descanso. Dios es una fuente inagotable de salud, vida y prosperidad, esto quiere decir que, todo lo que Él extiende sobre nosotros, nunca tendrá fin. Una vez que Dios nos abre las puertas, nadie puede volver a cerrarlas.

Salmos 37:3: “Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.”

Necesitamos de la gracia para mantenernos confiando en Dios, porque la desesperación nos aleja de la promesa de paz que la Biblia nos da. Cuando operamos por nuestras propias obras, experimentamos angustia y fracaso; en cambio, al obrar en la gracia recibimos la certeza de saber que Jesús tiene el control de todo.

Isaías 35: 1-2: “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.”

En la gracia podemos vivir una vida de confianza. Tenemos que decidir volver a la gracia, al primer amor y renovar nuestra confianza en la bondad de Dios. Cuando confiamos en Dios podemos experimentar las promesas de paz, provisión y salud que están registradas en la Biblia para nosotros.