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Si Dios está conmigo

Pastor Javier Bertucci

Domingo 20-02-2022

 

 

Mateo 28:20: “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”.

Nuestro Señor Jesús nos prometió que estaría con nosotros, no de vez en cuando, sino todos los días hasta el fin del mundo, la presencia y permanencia de Jesús en nuestras vidas es para siempre, aunque no lo sintamos ni veamos.

Hay una gran diferencia en saber que Dios está con nosotros, a creer que lo está, y si ha prometido acompañarnos, ¿quién contra nosotros? Cuando entendemos que Dios está con nosotros dejamos a un lado el pensamiento de que nadie nos quiere, entendemos que cada cosa que hacemos Él la ve, la felicita, y aunque no lo veamos, sabemos que está allí.

Si Dios está con nosotros tenemos la seguridad de que cada una de nuestras acciones es vista por Él, y no nos acompaña por quien seamos, sino porque lo prometió y cumple su Palabra, Él no miente. Cuando lo entendemos, sabemos que nuestro hermano no vale más que nosotros, pero que tampoco valemos más que él. Jesús está con nosotros no solo cuando las cosas están bien, sino también cuando van mal.

  1. Jesús está con nosotros no importando si las noticias son buenas o no. La Biblia no dice que no recibiremos malas noticias, sino que no tendremos temor de ellas (Salmo 112:7), y también dice que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28).

Marcos 5:35-43: “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.

Creamos hasta el final, porque nuestro Señor Jesús va a hacer un milagro, y no tengamos temor de malas noticias, recordemos que al final del día Dios es quien tiene la última palabra.

  1. Si Jesús está con nosotros no temeremos a ninguna prueba. Al final del día lo que se prueba es el oro, y dice la Biblia que nuestra fe más preciosa que el oro será probada por fuego, y quemará todo lo que es contaminación de nuestra ella (1 Pedro 1:7). Si Dios está con nosotros no debemos temer a ninguna prueba, porque ellas se convierten en formación y carácter para cada uno de nosotros, en espina dorsal para nuestra vida espiritual, porque si Dios nos coloca todo fácil nos convertimos en niños malcriados, y de esta manera no puede usarnos, necesitamos atravesar el proceso.

Job 13:15: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; no obstante, defenderé delante de él mis caminos”.

Job después de la prueba no fue el mismo hombre, dice luego: “de oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven” (Job 42:5), la prueba que atravesó hizo que Dios se revelará a su corazón. Cada prueba hace que nos acerquemos más a Dios, y cada vez que lo hacemos tenemos mejor relación con Él.

  1. Si Jesús está con nosotros el pacto está vigente. La seguridad que tenemos del pacto de Dios con nosotros proviene no de la información que tengamos de Él, sino de la revelación que poseamos de Jesús. Tenemos a un Dios que murió en la cruz por nosotros para darnos un mejor pacto, uno con mejores promesas, dejó atrás uno viejo, que sirvió en su momento para lo que Dios quiso hacer, pero cuando decidió traer un nuevo pacto necesitaba garantizarlo con alguien que tuviese la misma eternidad de Él, para de esta darle continuidad a su Palabra, la cual dice: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). Jesús es el garante de nuestro pacto, nos somos salvos por lo que hacemos, sino por el sacrificio de Jesús en la cruz.

La seguridad de que Dios está con nosotros proviene de que el Nuevo Pacto está vigente, y la garantía es Jesucristo mismo; la base de él es Jesús, y la firma es su sangre. El pacto de sanidad, salud, salvación, provisión y de paz está vigente, así que podemos caminar, demandar y orar en ese pacto.

2 Samuel 23:5: “No es así mi casa para con Dios; sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado, aunque todavía no haga él florecer toda mi salvación y mi deseo”.

En el pacto no existe tiempo, edad ni límites, Dios puede cumplirlo cuando lo desee porque Él es Dios. Somos hombres y mujeres que dependemos del pacto y la misericordia de Dios.

Jeremías 32:17: “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti”.

Dios llamó a Abraham a los 99 años, y dice la Palabra que cuando era uno solo, lo llamó, lo bendijo y lo multiplicó (Isaías 51:2), eso es lo que Dios hace. En la vida podemos lograr más por el pacto y la misericordia, que, por cualquier otra cosa, quien tiene revelación de él, camina con la seguridad de un ser eterno. ¡No hay edad, límites ni tiempo para hacer lo que Dios desea con nuestras vidas!